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Criptoempresa dice que generará U$S 7 millones al año en bonos verdes misioneros

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La criptoempresa Green Bond Meter (GBM), que apareció en escena a principios de 2021, continúa explotando un campo de unas 25.000 hectáreas en la localidad de San Pedro, al cual pretende convertir en un reservorio de dióxido de carbono con el cual poder emitir y vender bonos verdes en el mercado internacional.

Ahora, desde el conglomerado empresario estonio-argentino-uruguayo realizaron un informe de avance para sus inversores, al cual tuvo acceso La Voz de Misiones.

En el documento, aseguran que “estamos cuidando el predio y, gracias a eso, hace casi dos años que el campo está libre de incendios, motosierras, camiones y tractores que tan frecuentes eran en la zona”, le dicen a quienes depositaron su confianza en el emprendimiento.

Asimismo, sobre los estudios previos de medición de carbono que se deben realizar y certificar para poder emitir y vender un bono verde, GBM explicó que “pudimos completar el segundo inventario de biomasa forestal y el tercer inventario de fauna”.

En este sentido, agregaron que, a través de la primera medición, pudieron calcular una captura de 51 toneladas de dióxido de carbono por hectárea: “Esto nos permite establecer, en un escenario conservador, una absorción de 14,11 toneladas por hectárea, lo que equivale a 342.000 créditos de carbono en todo el predio”, calcularon.

De esta forma, si se tiene en cuenta un valor promedio de 20 dólares la tonelada de carbono en el mercado internacional -según datos del Banco Mundial-, esto quiere decir que se trata de un negocio de unos 7 millones de dólares anuales.

“Gracias a este último inventario de fauna, encontramos 3 nuevas especies de aves que no habían sido avistadas hasta el momento (chimango, águila negra y naranjero)”, se alegraron desde GBM y agregaron: “Detectamos la presencia de algunas especies, como yaguaretés, pumas, ocelotes, tiricas, zorros de monte, aguarás popé, yacutingas, loros vinosos, entre otros”.

Sobre sus acciones en pos del aumento de la masa boscosa del campo en el Norte misionero, expusieron que, en marzo de 2022, “realizamos un ensayo en el cual plantamos 83 ejemplares de caroba, loro negro y cañafístula, de los cuales el 86% sobrevivió a las heladas del invierno”.

En tanto, sostuvieron que llevan a la fecha “más de 360 kilómetros de tareas de limpieza y reparación de caminos en la selva, que nos resulta de vital importancia para prevenir intrusiones para caza y tala furtiva y para vigilar zonas con alto riesgo de incendio”.

Según dijeron, el ensayo “nos permitirá iniciar la restauración en 2023, en la cual plantaremos más de 100.000 ejemplares”.

Para cerrar el breve informe, que no dio demasiados detalles, la firma explicó que el proceso de certificación en campo será realizado por “terceras partes que definirán la cantidad total de créditos de carbono que serán emitidos”.

En el mercado internacional, la empresa Verra es la certificadora más importante de estándares de carbono. Sin embargo, a pesar de que GBM aseguraba trabajar junto a ellos en la verificación de su campo en San Pedro, ante la consulta de LVM en la oportunidad, la organización ambiental se desligó de las acciones realizadas por la criptoempresa.

No obstante, los empresarios continuaron con sus mediciones en campo y con presentaciones en los más importantes foros del país, como el Espacio BitCoin de Buenos Aires, donde realizaron el lanzamiento oficial del negocio, en junio de este año.

Los criptonegocios de la selva

En 2021, la llegada de GBM a Misiones coincidió con el anuncio de que el gobierno provincial, a través del Ministerio de Cambio Climático, avanzaba en acuerdos con la empresa suiza Mercuria para la venta de bonos de carbono de la selva misionera.

Pero en medio de esas conversaciones, la empresa extranjera lanzó un mecanismo que, en el mundo de las criptomonedas, se conoce como ICO (siglas en inglés para Oferta Inicial de Monedas), una operación que utiliza activos digitales para financiar proyectos empresariales.

Para concretar el negocio, le alquiló el predio en cuestión a la maderera Forestal Belga, cuyo gerente general es Guillermo “Memo” Videla, quien ahora forma parte del staff de GBM como jefe de operaciones en campo.

Siguiendo ese modelo, crearon la GBM Coin, un token que especuladores e inversores pueden comprar con dinero tradicional u otras criptomonedas a un valor inicial de U$S 1,09.

A su vez, una unidad de GBM Coin equivale a 1 metro cuadrado del campo mencionado, aunque aclaran que no existen propietarios de la tierra, sino que, al adquirir una unidad de la moneda virtual, los usuarios acceden al derecho a exigir la preservación, restitución, remediación y restauración del capital natural de 1 metro cuadrado de sumidero de carbono.

El objetivo final consistía en que, en el plazo de un año -el cual ya se cumplió- se pueda medir el capital natural y asignarle un valor a cada metro cuadrado, lo cual permitiría la emisión del GBM Bono, un activo de carbono que los tenedores de GBM Coin podrán comprar al 50% del valor antes de su salida al mercado, y que después podrán comprar y vender a su gusto.

Esa emisión es proyectada por la criptoempresa para 2023. El bono se renovará anualmente, a la par de la medición correspondiente que actualice el precio del metro cuadrado. Ese proceso se repetirá a lo largo de 100 años -la vida útil de la criptomoneda-, tras lo cual GBM promete donar las tierras al Estado para la creación de una reserva pública.


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Ecología lanza jornada sobre desarrollo de gestión en Campo Grande

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A primera hora de mañana, viernes, autoridades y profesionales que dependen del Ministerio de Ecología de Misiones arribarán a la “Capital provincial del docente” para desarrollar la jornada “Fortaleciendo la gestión en el territorio”, que consistirá en visibilizar las políticas ambientales desarrolladas durante este año en la provincia, además de brindar talleres destinados a técnicos de los municipios circundantes. 

De esta manera, funcionarios y profesionales que se desempeñan en diferentes áreas, darán a conocer los detalles de distintos programas e iniciativas en torno al manejo sostenible de bosques, prevención y combate de incendios forestales y el despliegue de la campaña contra la caza furtiva, entre otros ejes.

El cronograma comenzará a las 8:30 en el Centro Cultural Misionero y Guaraní, con acreditaciones y la bienvenida a las autoridades locales y provinciales. Mientras que, a las 10, el subsecretario de Ordenamiento Territorial, Lucas Russo expondrá los objetivos y alcances del “Programa de créditos de carbono”.

Seguidamente, el guardaparque y jefe de Planificación de Áreas Naturales Protegidas, Esteban Arzamendia, presentará la temática “Reservas privadas del sistema provincial de Áreas Naturales Protegidas”.

En tanto, a las 13 tendrán un breve intercambio con la presencia del gobernador Hugo Passalacqua.

Para el cierre, la jornada contará con stands institucionales, eco-feria y postas interactivas de sensibilización y educación ambiental. Por último, una función de títeres a cargo del grupo de titiriteros Kossa Nostra en el Centro Cultural Misionero y Guaraní sobre avenida Los Cafetales.

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En Misiones no se caza

Durante la jornada también tendrá lugar el lanzamiento de la campaña “En Misiones NO se caza”, haciendo foco en la zona centro de la provincia.

La cacería es penada por la Ley 1279 que establece la protección, conservación, propagación, repoblación, población y aprovechamiento racional de la fauna presente dentro del territorio misionero.

Misiones tendrá un observatorio ambiental con registro de delitos


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Alertan que en el Yabotí queda un solo yaguareté macho y desarrollan repoblación

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Ante una marcada disminución de yaguaretés en la reserva Biósfera Yabotí, como resultado de la caza y el avance de la deforestación que resulta en la pérdida del hábitat, un equipo conformado por referentes del Instituto Misionero de Biodiversidad (Imibio), el Ministerio de Ecología e investigadores del Proyecto Yaguareté del Ceiba y el Instituto de Biología Subtropical (Conicet-Unam), decidieron impulsar un “refuerzo poblacional de ejemplares”.

Hasta el año antepasado convivían entre 72 y 122 yaguaretés, con un promedio de 93, a lo largo y ancho de la provincia, según el relevamiento realizado en 2022 por el Monitoreo Poblacional de Yaguaretés a través de la Fundación Vida Silvestre, que finalmente fue difundido en 2023.

Consultado por La Voz de Misiones, Emanuel Grassi, director general ejecutivo del Instituto Misionero de Biodiversidad (Imibio) aseguró que: “Actualmente se mantiene estable la población norte que comprende el Parque Nacional Iguazú, Uruguaí y Península de Andresito. En toda esa zona hay ejemplares que se reproducen y demás, pero la problemática está en Yabotí”.

Sobre esta última zona, fue tajante: “El problema es la cacería y la pérdida del hábitat por deforestación”.

Frente a este panorama, instituciones como Aves Argentinas, Güirá Oga, Fundación Vida Silvestre Argentina, Fundación Bio, Fundación Bosques Nativos Argentinos, Onças do Iguazú e Itaipú Binacional, entre otras líderes en la región, impulsaron la iniciativa de repoblar la reserva.

El proyecto

“Habiendo todavía individuos de una especie se refuerza haciendo que la cópula, el crecimiento y el acompañamiento de nuevos individuos sea asistido”, sostuvo el titular de Imibio al explicar en qué consiste el “refuerzo poblacional de yaguaretés”.

Y agregó: “Son proyectos de larga data porque lleva tiempo, intentos, fases de trabajo y es algo que se justifica totalmente la acción dado que todavía hay un macho en la zona y en teoría sería el último.  Los del norte no están bajando a Yabotí porque el corredor biológico está siendo afectado, dada esa situación tenemos que hacer un esfuerzo activo”.

En este momento, el proyecto está sujeto a evaluación, mejoramiento y obtención de infraestructura, tras ser aprobado por gobernación provincial y el Ministerio de Ecología. Además, se encuentran desarrollando mesas técnicas junto al equipo interdisciplinario conformado por veterinarios, arquitectos, entre otros, quienes hacen efectivo el desarrollo de la iniciativa que está pronta a iniciar la primera etapa.

Zona de trabajo

La reserva Yabotí protege un fragmento de más de 250.000 hectáreas de selva Paranaense, albergando a especies amenazadas como el águila harpía y el yaguareté. Junto al resto del Corredor Verde es una de las áreas más importantes para la conservación del Yaguareté en todo el Bosque Atlántico a nivel mundial.

Sin embargo, acorde a los últimos relevamientos realizados, la situación población del yaguareté se encuentra muy comprometida. Según el trabajo realizado desde el año 2005 por el equipo de Proyecto Yaguareté (Ceiba-IBS-Unam), liderado por Agustín Paviolo, en ese momento, pese a un gran esfuerzo de muestreo, fue fotografiado un solo individuo de Yaguareté. 

En el año 2021, el mismo equipo de trabajo junto a guardaparques repitieron el relevamiento, pero aumentando el número cámaras trampas en el territorio. Este nuevo relevamiento constató, luego del análisis de más de 260.000 fotografías derivadas del monitoreo, que en 15 estaciones de muestreo diferentes fue detectado un único ejemplar de yaguareté, el cual fue bautizado como “Yabotí”. 

A través de un comunicado, la cartera provincial de Ecología remarcó: “La situación poblacional de la especie en la región no ha mejorado en los últimos 16 años, siendo extremadamente crítica, con un riesgo inminente de que se extinga la especie en la reserva, destacando a su vez la ausencia de registros de hembras durante ese tiempo”. 

Reserva Biósfera Yabotí

Por último, agregaron que: “Si bien se viene trabajando en estrategias en conjunto con las autoridades provinciales y ONGs para disminuir las problemáticas ligadas a la disminución de la especie, como ser pérdida de hábitat y conectividad por deforestación y erradicación de la cacería, que deben ser sostenidas y redobladas, también resulta necesario en esta instancia desarrollar técnicas de suplementación de individuos para poder recuperar a la muy reducida población de Yaguareté de la región de Yabotí”.

De esta manera, el proyecto de refuerzo poblacional de yaguaretés se daría en cumplimiento de las legislaciones vigentes, con el objetivo de recuperar ejemplares en una zona de alto valor de conservación como es la Biósfera Yabotí.

Foto de portada: Emilio White

Empresa de turismo pagó multa de $20 millones por atropellar a un yaguareté

 


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Sagittaria, la asociación suiza que compra y dona tierras a comunidades mbya

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Años atrás, la asociación suiza, Sagittaria, procedió a la compra de seis hectáreas para ceder a la comunidad mbya Takuapí, ubicada en Ruiz de Montoya. Luego, otras 52 has para la tekoá Tupambaé en esa misma localidad. El último caso fueron lotes donados a Yvy Porã Mirī, acción que culminó con un conflicto territorial que llevaba años de discriminación y hostigamiento en San Vicente.

Respecto a este último, Johannes Jenny, biólogo y director de Sagittaria, explicó a La Voz de Misiones que en principio “la idea de comprar y preservar montes no fue de Sagittariana, sino de los propios mbya guaraníes” y que “se basa en el principio de que somos parte de la creación y no sus dueños”, por lo que “la preservación del bosque sirve a todo el mundo”.

En ese sentido, recordó: “Un indígena norteamericano dijo una vez que no hemos heredado la tierra de nuestros padres, sino que la hemos tomado prestada de nuestros hijos. Como padre y como biólogo, ya mayor, este es mi objetivo personal más importante para el tiempo que me queda”.

Los comienzos

Sagittaria, Asociación Suiza para la Conservación de la Naturaleza en Argentina, fue consolidada en la década del 90′. Inicialmente tuvo como objetivo apoyar a la Fundación Federico Wildermuth con fines de preservación ambiental en la provincia de Santa Fe. 

Con el correr de los años decidieron enfocarse en la selva paranaense mediante la compra de bosques y su devolución a las comunidades mbya guaraní. En palabras de Johannes: “El objetivo principal es devolver los medios de vida a quienes ya viven en una cultura sostenible”. 

Sobre lo que profundizó: “Luego queremos aprender de ellos cómo cambiar nuestro propio modo de vida para poder trabajar junto con los mbya para frenar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Se lo debemos a las generaciones futuras”.

Si bien reconoció que cada acción se da poco a poco -teniendo en cuenta los limitados recursos- al mencionar las distintas intervenciones realizadas en la provincia de Misiones, junto a estas comunidades, mencionó el primer proyecto que consistió en la compra de seis hectáreas para Takuapí en la localidad de Ruiz de Montoya, donde sus miembros “ya habían instalado sus casas y áreas de plantación”.

El conflicto se desató tras el reclamo de quien aseguraba ser propietario de ese territorio, por lo que “la solución fue comprar la tierra para esa comunidad” y luego “se agregaron 52 hectáreas para Tupambaé, en esa misma localidad.

El último caso se dio a conocer la semana pasada cuando el cacique Leonardo Ramírez de Yvy Porã Mirī tuvo la alegría de recibir la documentación de la propiedad comunitaria indígena en la localidad de San Vicente, dando fin a los reiterados ataques verbales y físicos, que incluyeron el destrozo de sus viviendas en el año 2022.

En este caso, fueron los miembros del Equipo Misiones de Pastoral Aborigen quienes se acercaron a Sagittaria para dar a conocer el caso y cumplir con el objetivo común.

Paso a paso

Para hacer efectivos estos procedimientos, desde la asociación aseguraron que en primer lugar “el dinero debe estar disponible”, seguidamente, la asamblea de los caciques mbya debe decidir cuál de las parcelas forestales en venta debe comprarse.

En ese sentido, comentó cómo consiguen reunir el dinero en Suiza para concretar los proyectos en la provincia: “Misiones está a 10.000 kilómetros, pero que se libere más o menos dióxido al aire es independiente del lugar. Cada vez más suizos se dan cuenta de ello. Además, en Misiones hay muchos argentinos de origen suizo que han contribuido a la deforestación de la selva”. 

“Tenemos la suerte de que el franco suizo es una moneda especialmente dura. Si cada uno de los 8 millones de suizos invirtiera cada año medio café (precio de aquí) en la selva, Sagittaria podría disolverse dentro de poco (Johannes sonríe) o activarse en otra parte de nuestro planeta. Los jóvenes de la junta directiva de Sagittaria trabajarán junto con los jóvenes argentinos (mbyá o yuruá) para defender el futuro de nuestro planeta: el planeta como casa grande común, como lo llaman los mbya”.

Un conflicto permanente

Legalmente, las leyes 26.160 y 23.302/85, reconocen que las familias de las diferentes comunidades mbya que habitan la provincia, así como también los demás pueblos originarios que conviven en nuestro país, no están “usurpando”, sino “ocupando territorio ancestral, tradicional, amparado por la Ley Madre en el artículo 75, inciso 17”.

Sin embargo, a lo largo y ancho de la provincia es usual el enfrentamiento entre comunidades y presuntos “dueños”, tal es el caso de la comunidad Mbokajaty, que en los últimos meses comenzó a sufrir el avance de una empresa hotelera sobre el predio en el que habita hace varias décadas.

Para finalizar, Johannes adelantó que, de ahora en más, estarán enfocados en proyectos que comprenden la zona sur de la provincia de Misiones: “Se trata de montes muy especiales. Las tekoas que viven, o vivirán en ellos, lo necesitan urgentemente. Haremos todo lo posible para financiar ambos proyectos”. 

Mbokajaty pidió la titulación de su tierra con un mandiocazo en la 9 de Julio

 


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