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LVM Opinión: ¿De quién es esa voz?

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En el periodismo profesional siempre existió una regla de oro: información y opinión nunca deben confundirse. Es casi una norma universal que se encuentra en los mejores manuales de estilo, desde los más antiguos hasta sus más modernas revisiones, donde se incluyen cuestiones vinculadas con las redes sociales y comienza la IA.

Esa diferenciación es clara: en la información, priman los hechos; en la opinión, los juicios que nos merecen los hechos. Esta norma justifica, por ejemplo, la existencia de las columnas de crítica, tribuna, cartas al director o la propia página Editorial del medio. Es por esto que, dentro de los géneros periodísticos, el de ‘Opinión’ siempre fue tan valorado.

En LVM consideramos a la noticia como un activo que exige compromiso profesional en el tratamiento de la información, con datos concretos y chequeables, y despojado de adjetivaciones.

Hoy, con 17 años de trayectoria como medio periodístico nativo digital, LVM publicará una sección especial dedicada a la Opinión.

La sección de Opinión de LVM tiene como objetivo ofrecer a la ciudadanía un espacio de debate y discusión de temas de actualidad que atañen al interés público. Allí se encontrarán con columnas de opinión en las que haya posiciones contrapuestas, con el fin de ofrecer diversos puntos de vista.

Las columnas de opinión serán firmadas y responderán al estilo propio de cada autor y no serán retocados, salvo por razones de edición como ajustes o errores ortográficos. También se tendrá en cuenta que los textos de opinión se basen en datos verificables y con un vocabulario respetuoso, aunque sean críticos.

En la página de Opinión de LVM no habrá expresiones vulgares o acusaciones al boleo. Algunas expresiones podrán ser incluidas cuando se encuentren en citas textuales y siempre que añadan información y procedan de personas de interés público.

En una época donde el insulto, la descalificación y la calumnia hacen de punta de lanza; donde los principales ganadores de la llamada “realidad alternativa” son los millonarios y donde las fakenews están a la orden del día, la redacción de LVM sigue comprometida con la búsqueda intensa, responsable e imparcial de los hechos reales que involucran a nuestra sociedad.

En LVM entendemos que nuestro deber es con el público, por eso siempre nos disponemos a escuchar a quienes no tienen voz, que son los mismos que nos dan independencia, nos dan transcendencia y la posibilidad de ser un medio de comunicación inserto en una sociedad en plena construcción y desarrollo. Debemos ser algo más que una empresa periodística.


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Elecciones 2025: crisis de candidatos y la operación outsider

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Por: Fernando OZ

@F_ortegazabala

A once días del inicio formal de la campaña electoral, uno de los principales inconvenientes que enfrentan los partidos y alianzas que competirán en las elecciones del 8 de junio es que no consiguen candidatos. No es el Cantón, lo del descredito de los políticos es una tendencia mundial y es tan alta que académicos de toda talla ideológica alertan sobre el deterioro del sistema democrático. Sí, es mucho.

El desinterés de la ciudadanía que se leía en las encuestas que desde diciembre pululan en el Cantón, se refleja al momento de cerrar las listas. El problema, como casi siempre sucede, aumenta cuando nos alejamos de la órbita del poder. En algunos municipios el armado de sublemas termina siendo una cuestión de negocios: Acepto ir en el tercer puesto de concejal en una lista que no tiene ninguna posibilidad de llegar a ningún lado por tanta plata, por tal negocio, por una recategorización o por un simple ‘hoy por ti, mañana por mí’, en el mejor de los casos.

Pese a esa problemática que afecta a todas las fuerzas políticas, la oposición en Misiones no tiene ninguna alternativa de obtener una victoria. El Frente Renovador de la Concordia llega sólido, con un proyecto probado en gestión y que, hasta el momento, demostró adaptabilidad a los tiempos políticos de un país que pareciera sufrir de bipolaridad. Pese al enojo social que marcan las encuestas, el electorado del Cantón se vuelca a la renovación, a pesar del bajo conocimiento de sus principales candidatos, cuando saca la cabeza afuera de la provincia y piensa dos minutos en sus propios intereses.

En el peor de los escenarios, de las veinte bancas que están en juego en la Cámara de Representantes, el oficialismo retendrá nueve y la fragmentada oposición tendrá que repartirse las once restantes. Así sucedió en las elecciones legislativas del 13 de junio de 2013. Los renovadores se enfrentaron al kirchnerista Frente para la Victoria, al peronismo anti K, a los radicales, a los entonces novatos del PRO y a un puñado de alianzas circunstanciales en su contra. Ese año ganaron con el 30,9 % de los votos. En la oposición la cosecha mayor la obtuvo el radicalismo, que se quedó con cinco bancas tras obtener el 17%. Pero el voto que realmente se hizo notar fue el que manifiesta el enojo del electorado, el Blanco: 8,2%.

Todo indicaría que este año será el partido político de moda, La Libertad Avanza (LLA), quien se quede con la mayor porción del voto opositor. ¿Podrá obtener más bancas que el radicalismo en 2013? Es muy poco probable, a la luz de las más recientes encuestas de opinión pública.

Los libertarios con estandarte oficial con el emblema del León dorado, aún no definieron quién será su principal candidato a diputado provincial y en los municipios únicamente lograron armar la mitad de los sublemas planificados. La idea, al inicio, era ofrecer los principales lugares a empresarios, profesionales, gente del jet set local y había un sólo requisito “inquebrantable”: no tener pasado político. Pero la cosa no avanzó y muchos de los que habían sido elegidos, interesadamente, para estar junto a Karina Milei y Martín Menem en Posadas prefirieron tomar distancia.

“Se fueron muchos”, me confesó con resignación un misionero que actúa como circunstancial “consigliere” entre dos despachos claves de la Casa Rosada. En el selecto círculo libertario hay versiones que indican que la fuga comenzó cuando alguien “pasó la gorra”. Vaya a saber, tal vez sea una blasfemia, parte de la interna que se respira en la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), donde se anuncia una guerra de carpetazos entre los propios alfiles de la LLA.

En el entorno al abogado tributarista Carlos Adrián Nuñez, gerente en el Cantón del sello de los hermanos Milei, reconocen que hubo varios empresarios que bajaron sus candidaturas. El último habría sido el automovilista Carlos Okulovich.  Las intenciones de Nuñez es catapultarse a la Cámara baja del Congreso, no tiene ganas de recalar en la legislatura provincial como diputado, aunque lo más seguro es que termine como consejero de la EBY, al menos hay un cargo reservado a su nombre.

Pero la mayor incertidumbre se vive en la nueva sociedad entre el radicalismo y el PRO, el Frente Unidos por el Futuro. Hoy se conocerá quienes representarán a los primeros, tras el cónclave de la Convención local de la UCR, donde el diputado provincial Ariel Pepe Pianesi medirá fuerzas con el diputado nacional Martín Arjol, jefe de los radicales con peluca. Todo hace suponer que Pepe tendrá que relegar sus intenciones de buscar un tercer mandato en la Legislatura y que el concejal posadeño Santiago Koch podría encabezar la lista. Habrá que ver qué sucede, la semana laboral finalizó con un reclamo judicial para suspender la Convención, una movida impulsada por Arjol.

Mientras en el farragoso terreno radical resuelven quiénes se quedan con los lugares más deseados, en el PRO se reclutan candidatos. En un grupo de WhatsApp de poco movimiento, en el que aún se encuentran algunos renegados del macrismo, sorprendió la siguiente convocatoria: “Buenas tardes solicitamos a todos los postulantes a Diputados Provinciales, que envíen sus CV y la carta de intención por WhatsApp (a mí número o a Horacio Loreiro) o correo ([email protected]), o personalmente a Troazzi 1022.  Oportunamente los estaremos llamando para hacer las entrevistas correspondientes. Saludos cordiales! Unidos por el Futuro!!”. Tal vez haya sido una broma del mal gusto.

A este panorama hay que sumar a un actor que cobró relevancia en las protestas de mayo del año pasado, cuando un sector de la policía se amotinó como método de protesta en reclamo de mejoras salariales. Se trata de Ramón Amarilla, un suboficial retirado que encabezó la revuelta y que ahora se encuentra detenido junto a otros hombres de la fuerza por “intento de sedición y conspiración”.

Amarrilla será cabeza de la lista a diputados por el partido Por la Vida y los Valores, que preside el dirigente liberal Walter Ríos y capitanea el diputado ultraopositor del PRO, Miguel Núñez. Cinco meses después de los incidentes de mayo, un sector de la oposición encargó a la consultora Analityx la realización de un amplio estudio de opinión pública. Entre los nombres que fueron incluidos en la encuesta figura el de Amarilla, el único outsiders de la política.

Pedro Puerta, también fue medido en el mismo estudio. El diputado de Activar, que estaría analizando pedir una extensa licencia médica en la Legislatura, fue uno de los impulsores de la creación de un gran frente opositor que sea traccionado por outsiders de la política. Un plan que se comenzó a desquebrajar con el caso que envuelve al ex diputado provincial de Activar Germán Kiczka y su hermano Sebastián por tenencia y distribución de Material de Abuso Sexual Infantil.

Tal vez, en ese estudio se encontraba el trasfondo de una estrategia mucho más amplia que incluía a todo el arco opositor. Pero, como ya sabemos, en política, más en época de contienda electoral, no existen las “casualidades” inocentes. Activar se desgranó y la idea de unir a la egoísta oposición quedó en una encuesta telefónica.


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La cultura, esa batalla

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Por: Osvaldo Mazal

@osvaldo.mazal

 

Un país con W de Walsh

El 25 de marzo de 1977, apenas cumplido un año del golpe cívico-militar del 76, Rodolfo Walsh envió por correo a diversos medios periodísticos y organizaciones de derechos humanos la que llamó “Carta abierta de un escritor a la junta militar”, en la que realizaba una descarnada descripción de la represión realizada por la junta en su primer año de gobierno. Secuestros, torturas, desapariciones, fusilamientos masivos, represión en fábricas, campos de concentración en todo el país, cadáveres que aparecían en el Río de la Plata… Una aceitada maquinaria asesina cuyo fin, sostenía Walsh en su histórica carta, era una transformación de la Argentina a favor de los intereses económicos más concentrados. Ese mismo 25 de marzo Walsh, dirigente montonero, fue baleado en un enfrentamiento con el grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada.

Dos años después, el 16 de agosto de 1979, también en plena dictadura, otra Walsh, esta vez María Elena, gran poeta, compositora y cantante, publicó en el diario “Clarín” de la ciudad de Buenos Aires el artículo “Desventuras en el país Jardín de Infantes”. Allí se cargaba contra la censura ejercida por la dictadura mediante el Ente de Calificación Cinematográfica, representado por Miguel Paulino Tato. Censura que ya se venía dando desde el gobierno peronista, que había nombrado censor a Tato en 1974. Cientos de películas fueron prohibidas desde ese momento hasta el fin de la dictadura, y muchas más fueron censuradas. Ya antes del golpe, el grupo Sui Generis le había dedicado a Tato la canción Las increíbles aventuras del Señor Tijeras. En los tres años anteriores al golpe del 76, hay que recordar también las amenazas y atentados contra artistas e intelectuales argentinos por parte del grupo parapolicial AAA (Alianza Anticomunista Argentina); muchos de ellos terminaron en el exilio.

A cualquier contemporáneo de Rodolfo Walsh o de María Elena Walsh le costaba en esos años de plomo entrever el fin de la negra noche de la dictadura. En su artículo para Clarín, María Elena Walsh reclamaba: “Hace tiempo que somos como niños y no podemos decir lo que pensamos o imaginamos. Cuando el censor desaparezca ¡porque alguna vez sucumbirá demolido por una autopista! estaremos decrépitos y sin saber ya qué decir.” Pero la dictadura terminó, 4 años después. Como dice otro refrán algo más sofisticado que ese que reza “Siempre que llovió, paró”: “No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista”.

Cuerpos que resisten

El mal no duró 100 años, y los cuerpos (los que quedamos después de la orgía de sangre de los 70) resistieron ese tenebroso ataque a nuestra democracia. Una democracia que ya lleva más de cuarenta años, y hoy sufre un ataque diferente. “Parecido que no es lo mismo; lo mismo pero parecido”, decía un personaje de un texto de Leónidas Lamborghini.

El mismo año de 1979 en el que María Elena Walsh escribía su artículo en Clarín, Ingmar Bergman filmaba en Suecia “El huevo de la serpiente”. Que transcurría en la Alemania de los años 20, la de la República socialdemócrata de Weimar, en pleno desarrollo del nazismo, y mostraba una realidad marcada por la inflación, el desencanto con la política, el miedo al futuro, un rabioso antisemitismo y la llegada de un líder mesiánico (Hitler…) que prometía la salvación de Alemania. Cualquier semejanza con la actualidad de nuestro país –y de otros- no es casualidad: hacer de nuevo “grande a la Argentina”, Make Argentina Great Again, MAGA, a la manera de Trump …Lo mismo pero parecido. Un personaje de la película de Bergman afirmaba: “Cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado”.

En ese marco se desarrollan las actividades artísticas y culturales hoy en día en nuestro país. A comienzos de los años 70 el huevo de la serpiente dejaba ver a través de su fina membrana la dictadura asesina que se avecinaba en Argentina, y que nadie pudo o supo parar, y eso en el ámbito de la cultura y el arte se reflejaba tempranamente en las persecuciones y atentados a los que la Triple A sometió a artistas, escritores, periodistas, docentes, científicos, músicos y cineastas. Hoy no hay atentados como los de aquellos años de plomo, pero sí estrategias extremadamente preocupantes en ese ámbito. Voy a exponer solo algunas.

La primera, las violentas acusaciones, descalificaciones y agresiones verbales que el presidente Milei y sus seguidores dedican permanentemente a artistas, docentes, intelectuales, periodistas y políticos, presentándolos como enemigos de la sociedad e intentando desacreditarlos y deslegitimarlos públicamente a través de medios y redes.

La segunda, en el marco de una política general de destrucción de buena parte de las capacidades del Estado, fue rebajar el nivel de los anteriores ministerios de Cultura y de Educación, convirtiéndolos en Secretarías subsumidas dentro del nuevo Ministerio de Capital Humano. El que, como el término “Capital” revela, concibe además a los habitantes del país no en términos de derechos y necesidades, sino más bien de su productividad económica.

La tercera, tomar específicamente como un enemigo también a las universidades públicas y organismos científicos, desfinanciándolos hasta poner en riesgo su normal funcionamiento

La cuarta, también en el ámbito de lo que el Peludo Irigoyen supo llamar “efectividades conducentes” (por ejemplo presupuestos, o capacidades regulatorias), implica un desfinanciamiento salvaje y en algunos casos desguace de diferentes instituciones estatales de promoción del arte y la cultura, como el Fondo Nacional de las Artes (FNA), el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el Instituto Nacional del Teatro (INT) y el Instituto Nacional de la Música (INAMU), y de asociaciones como la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC), Asociación Argentina de Intérpretes (AADI), Cámara Argentina de Productores Fonográficos (CAPIF) y Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI). Todas estas entidades estatales y asociaciones se veían afectadas (en algunos casos eliminadas) por el proyecto de la llamada “Ley Bases”, presentado al Congreso apenas asumió por gobierno nacional, y que sufrió modificaciones que atenuaron solo en parte el alcance de las salvajes políticas llevadas adelante actualmente.

Y sí, se trata de una batalla

El ideólogo máximo de La Libertad Avanza (LLA) es Agustín Laje, al que todo el país pudo ver y escuchar recientemente en el video con el que el Poder Ejecutivo Nacional recordó la fecha del 24 de marzo. Laje es quien expone más claramente en la Argentina el concepto de esa “Batalla cultural” en la que está embarcado tanto el gobierno del presidente Milei, como otros movimientos de la llamada “Nueva derecha” en todo el mundo (“libertarios anti-progresistas, conservadores, tradicionalistas y patriotas”, resume Laje). Y, paradoja, para ello Laje se basa esencialmente en teóricos de izquierda como Gramsci, la escuela de Frankfurt (Adorno, Horkheimer), Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. (No tan paradójico: mi madre, parafraseando no sé a quién, siempre nos decía “ojo, los extremos se tocan”).

Laje se centra en su análisis en el concepto marxista de Hegemonía, y en la importancia política de la cultura. En su libro “La batalla cultural – Reflexiones críticas para una nueva derecha”, afirma que en las izquierdas “se habla de revoluciones culturales, de deconstrucción, de «políticas identitarias», de «interseccionalidad», de sexo, de género, de raza, de etnias, de opresores y oprimidos, cada vez más definidos por la cultura en detrimento de la centralidad que alguna vez tuvo la economía en el discurso marxista. Porque la cultura, desde ya hace varias décadas, es sin duda el campo de los antagonismos políticos favoritos de las izquierdas hegemónicas.” Laje apunta a que las Nuevas Derechas compitan en la creación de hegemonía con esas “izquierdas hegemónicas”.

El mileísmo entonces ataca en principio a los artistas e intelectuales, y a otros sectores sociales (estudiantes, jubilados), a partir de una concepción que insiste en la subsidiaridad del Estado, al afirmar que este no debe entrometerse en los asuntos de los ciudadanos mientras estos puedan alcanzar sus objetivos. Se justifica así la disminución al mínimo de regulaciones estatales que apunten a la reducción de diferentes desigualdades o discriminaciones. (Tarea que Sturzenegger realiza con gran convicción) Pero el ataque no se debe solo a un criterio economicista de ahorro de recursos del estado, (criterio que me hace recordar esa frase que escuché otra vez en estos días: “Si crees que la educación es cara, prueba con la ignorancia”) sino que también apunta a combatir, en el contexto de la llamada Batalla Cultural, lo que las Nuevas Derechas denominan peyorativamente agenda “progre” o “wok” (o de “la izquierda hegemónica”). Que incluye, entre otras, las reivindicaciones del feminismo y del movimiento LGBTQ+, y de muchos sectores sociales menos favorecidos.

Y ese ataque implica tanto el retiro del Estado de ciertas políticas sociales, como la inundación del espectro mediático con eventos y acciones guerreras, mediante esa estrategia que el estratega trumpista Steve Bannon denominó “inundar la zona de mierda”. O sea: que el debate público se cubra de improperios y fake news, que la posverdad, la paranoia y las teorías del complot clausuren con su violencia discursiva cualquier posibilidad de debate político superador, y de consensos. Una verdadera batalla en la que desgraciadamente los tiros (simbólicos) seguirán sonando, y en la que el arte y la cultura de nuestro país se encuentran entre las víctimas principales.

(*) Escritor. Ingeniero.


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El voto en blanco y la desafección política en el Cantón

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Por: Fernando OZ

@F_ortegazabala

El Cantón Verde no es ajeno al creciente sentimiento de desafección política, es uno de los males de nuestro tiempo. El avance de ese malestar, que afecta directamente a las democracias, se observa con claridad en las encuestas de opinión pública desde hace unos años y pegó un salto cuántico tras la pandemia. Para colmo, las acciones que se están tomando con los más jóvenes para salvar lo que nos queda no estaría dando resultado.

Uno de los primeros síntomas se lo puede observar en el incremento del elector que se vuelca al voto en blanco. En Misiones, pese a la diversidad de ofertas electorales, el voto en blanco representa la tercera opción más votada. Cuidado con eso. Durante las últimas tres elecciones saltó del 4,7% al 5,8%.

Antes de avanzar, pongamos algunas cosas en su lugar. El voto en blanco es jurídicamente válido, es un derecho del ciudadano y representa la insatisfacción de quien, cumpliendo con su deber constitucional, lo hace. Los estándares internacionales suelen oscilar entre el 1,5 y 2%, ahora la tendencia es en alza.

Analicemos un poco el comportamiento del electorado del Cantón desde el comienzo del siglo. El 14 de octubre de 2001, con la crisis nacional a pleno galope, el 6,4% de los que fueron a votar en el territorio provincial lo hicieron en blanco. Obtuvieron un virtual tercer puesto. Estaban claramente disgustados. El 20 de diciembre Fernando De la Rúa dejó la Casa Rosada en helicóptero y el país en llamas.

Luego de aquel mal año, el voto en blanco más bajo en Misiones se registró en las elecciones siguientes, en 2003, cuando el Frente Renovador gana en las urnas por primera vez, con poco más del 46% de los votos. El 3,6% fue al blanco. Desde entonces hubo fluctuaciones, subas y bajas, ondulaciones propias del terreno político.

Teniendo en cuenta que en el futuro inmediato se encuentran las legislativas, tomemos los datos de los porcentajes sólo de las boletas de la categoría diputados provinciales de los últimos 22 años. El primer pico más alto de voto en blanco fue en 2007 con el 10,8%, los motivos podemos discutirlos; los renovadores venían de la derrota de 2006 y el kirchnerismo buscó dividirlos para arrebatarles la plaza, ese era el contexto.

El otro rebote del voto en blanco fue en 2011. El marco, Maurice Closs va por la reelección. En ese año, los que optaron por el blanco obtuvieron el segundo lugar con el 10,1% de los que fueron a votar. El Frente Renovador de la Concordia había ganado con el 67,5%, y los radicales se quedaron en tercer lugar con un magro 5,6%.

En 2015 se repite el pico de 2007 con el 10,8%, pero el escenario electoral es diferente. La polarización se acentúa a nivel nacional con el kirchnerismo en caída y la oposición encolumnada detrás de Mauricio Macri. La renovación obtuvo el 56,5% y el más fuerte de la dispersa oposición el 11,9%. El voto en blanco quedaba en tercer lugar.

Siguiendo en el análisis de la categoría Diputados provinciales, en la última elección, con la irrupción de La Libertad Avanza, Javier Milei y toda su pandilla, el voto en blanco volvió a colocarse en tercera posición después de haber permanecido durante tres actos electorales seguidos en cuarto lugar. Lo que significa que el malestar vuelve a subir.

Por lo general, se interpreta el voto en blanco como un gesto de descontento hacia la clase política pero que expresa, al mismo tiempo, el respaldo al sistema democrático. Hay quienes creen que los que eligen esta opción atentan contra el sostenimiento de la democracia representativa. Claro que no soy de los que creen en eso y no suelo ir al blanco.

Votar en blanco expresa la indignación, la ofuscación de una parte de la sociedad para con los candidatos que las fórmulas ofrecen, pero, especialmente es un mensaje implícito contra las autoridades, los dirigentes políticos y los partidos. Puede leerse como una advertencia.

Lamento decirlo, pero hay una parte de las nuevas generaciones que no sienten el apego a los valores democráticos con la misma intensidad que sus antecesores. Y en el contexto actual, con el crecimiento global de la extrema derecha, y vista la eficacia que vienen mostrando los populismos para influir en los valores, comportamientos y actitudes de los más jóvenes, qué quieren que les diga, huelo el barril de pólvora.

La culpa es nuestra. No hemos educado correctamente historia, educación cívica, cultura general. No hablo de adoctrinamiento, saben lo que digo. Y ahora los están adoctrinando en Tik Tok, indolentes, ajenos, acríticos, es decir vulnerables. La patología tiene más años que las redes sociales y tuvo varios nombres, en los dorados 90, por ejemplo, el filósofo Bernard Manin la llamó “democracia de audiencias”, la política era sustituida por comunicación política, el partido por el líder y los espacios de debate para contrastar propuestas por medios donde colocar un mensaje. Se dijo, se escribió, se veía venir como el invierno ruso.

Insisto, el voto en blanco es una advertencia, una luz amarilla frente la peligrosa abstención. Hay quienes creen que quien se encarga de encender esa alarma es el electorado independiente. Me sería muy estimulante que en el futuro alguien presentara un proyecto para que se dejen vacíos los escaños proporcionales al número de votos en blanco. O quién sabe, tal vez, como dijo Víctor Hugo, “el futuro tiene muchos nombres” y quizás uno de ellos podría ser la representación del partido en blanco. Sí, quién sabe.


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