Policiales
Inicios de Lotocki en Misiones: boliches, clínica irregular y la primera muerte
Aníbal Lotocki (53) hoy es conocido por su tendal de víctimas del jet set porteño y por las horas de prime time que ocupa su nombre en la televisión tras el fallecimiento de Silvina Luna, pero el viejo “cirujano de las famosas”, ahora devenido en el “cirujano de la muerte”, ya hacía gala de su fama en Posadas en la década del 2000.
Corría el año 2006 y, en Posadas, era furor el café que después de la medianoche se transformaba en discoteca, el recordado Mentecato, ubicado en pleno microcentro capitalino. En ese lugar de alta alcurnia, Lotocki era un personaje habitué.
Allí, aseguran, el médico conoció a varias chicas que se terminaron transformando en sus clientas y víctimas, algunas con más suerte que otras.
“Yo lo conocí en el boliche, me ofreció canje publicitario y con él me hice una lipo (liposucción). Esa misma noche de la operación me lo volví a cruzar en el boliche, nunca me dijo que me cuide ni nada, una inconsciencia total. Yo era chica. Después prácticamente se me pudrió el ombligo, aunque por suerte no pasó a mayores”, contó una ex paciente del médico a La Voz de Misiones.
Aníbal Rubén Lotocki nació el 2 de julio de 1970 en la localidad misionera de Oberá, luego fue a estudiar medicina a Corrientes y el 9 de noviembre de 1994 obtuvo el título de médico cirujano.
Con el paso del tiempo, realizó cursos que para muchos carecen de idoneidad sobre “cirugía cosmética” y arrancó el nuevo milenio de parabienes, con la apertura de su clínica Full Esthetic Center, ubicada sobre calle Córdoba, entre Colón y Félix de Azara, también en pleno microcentro posadeño.
En lo que queda de su perfil en LinkedIn, el médico misionero se presenta como un profesional con “más de 10.000 horas efectivas en quirófano de cirugías estéticas” y “más de 10.000 procedimientos de estética no quirúrgica”, además de repasar que participó “activamente en numerosos workshops, meetings, congresos y cursos, tanto nacionales como internacionales”.
Muchas de esas tantas intervenciones que Lotocki apunta como trayectoria se dieron en Full Esthetic Center, una clínica que acumulaba irregularidades e inhabilitaciones.
“Encanto” y “bajo costo”
La clínica tuvo años dorados por aquel entonces, al igual que Lotocki, que -según recuerdan sus contemporáneos- se transformó en un verdadero personaje de la noche posadeña. Siempre presente en los boliches, rodeado de jóvenes modelos y haciendo gala de su “encanto”.
Justamente, en esos lugares conoció a muchas de sus futuras pacientes y su “encanto” era una de las cartas que utilizaba para convencer a las chicas. La segunda era el bajo precio que cobraba.
“Él era muy entrador, amoroso, siempre se hacía amigo de sus clientas. Y además de eso, la diferencia de precios que tenía con otras clínicas era abismal”, recordó otra antigua clienta, que prefirió mantener su identidad en resguardo.
La mujer contó que, con Lotocki, se realizó una reducción mamaria y luego tuvo un absceso de grasa, que afortunadamente no empeoró, aunque aún recuerda con bronca que, al momento de la segunda consulta, el cirujano admitió sin resquemores que “quizás me olvidé una gasa adentro”.
“Romina iba a salir caminando y salió casi muerta”
Distinta fue la suerte de Romina Vega, una joven promotora de 21 años que el 7 de febrero de 2007 se sometió a una lipoaspiración y apenas dos horas después de salir del quirófano sufrió una descompensación que derivó en su muerte esa misma tarde.
“Ella nos contó que conoció a Lotocki en el boliche, por intermedio de una amiga que a su vez era amiga de Pamela Sosa”, dijo Lorena, hermana de Romina, en referencia a la modelo misionera que fuera pareja del médico.
“Como mucho, eso habrá sido un mes antes de la operación y ella comenzó a juntar la plata, creo que era algo así como $1.000 en aquel entonces”, recordó, en entrevista con LVM.
Y agregó que “mi mamá no estaba muy de acuerdo con la operación, pero ella estaba totalmente convencida y como hacía poco nomás había cumplido los 21 años, dijo que se iba a hacer igual. Lotocki le dijo a mi mamá que era una operación simple y que ese mismo día Romina iba a salir caminando de la clínica, pero salió prácticamente muerta de ahí”.
El día de la intervención, Vega se presentó junto a su madre en Full Esthetic Center cerca de las 9.40, mientras que a las 12.40 fue derivada a una supuesta “sala intermedia” de internación después de la operación. Para las 15 entró en paro, ante lo cual se solicitó la asistencia de un servicio de salud privada.
La ambulancia llegó al lugar con dos paramédicos, quienes estabilizaron a Vega y la trasladaron a un sanatorio céntrico. La joven ingresó directamente a terapia intensiva y una hora después falleció.
Tras el deceso, la familia Vega radicó una denuncia por mala praxis y la investigación quedó en manos del Juzgado de Instrucción Dos de Posadas, por aquel entonces a cargo del ex magistrado José Luis Rey, que años después fue noticia en todo el país por haber sido detenido en un expediente por escuchas ilegales que también salpicó a Mauricio Macri, causa que finalmente fue anulada en 2018 durante la presidencia del líder del PRO.
La pesquisa se inició bajo la carátula de “homicidio culposo” y durante el proceso se estableció que la clínica Full Estetic Center contaba con serias irregularidades, según pudo indagar LVM, en base a fuentes y documentos consultados.
Por ejemplo, contaba con una constancia de habilitación como consultorio por dos años emitido por el Colegio de Médicos en 2003, la cual no había sido renovada para 2007.
Además, estaba inhabilitado como “quirófano para cirugías ambulatorias”, aunque el médico igualmente realizaba operaciones, y tampoco contaba con el personal profesional idóneo para todos los servicios que ofrecía.
Las falencias eran tantas que el edificio en el que funcionaba la clínica ni siquiera contaba con ascensor, ni salida de emergencia con rampa, cuyas consecuencias también quedaron a la vista a la hora de auxiliar a Vega.
Es que los médicos que socorrieron a la primera víctima en el historial de Lotocki declararon que, al no contar con salidas de emergencia apropiadas, debieron realizar una evacuación de “extrema dificultad”, bajando a la paciente en estado crítico atada a una tabla por una escalera a la que describieron como “estrecha”, “inclinada” y “tortuosa”.
La autopsia practicada posteriormente determinó que Vega falleció como consecuencia de un “edema agudo de pulmón no cardiogénico o síndrome de distrés respiratorio con bronco aspiración agónica”.
La traducción de este diagnóstico es que la paciente sufrió dificultades para respirar que no estuvieron asociadas o que no fueron ocasionadas para una enfermedad del corazón y, en palabras de Lorena Vega, la explicación es más sencilla: “Lo que le pasó a ella es que la grasa se le fue a los pulmones”.
“Después de todo eso, él igual fue sobreseído. A pesar de la muerte de mi hermana, a pesar de que mentía sobre su especialidad y a pesar de todas las irregularidades en las que incurría”, criticó Lorena.
Sobreseimiento en Posadas y tendal de víctimas en otras partes
Fuentes de este medio indicaron que, en la causa iniciada, Lotocki solo declaró como “testigo sospechoso” y, en su momento, cubrió una caución real de 50.000 pesos para seguir el proceso en libertad.
Después de ello, el expediente no registró mayores novedades, hasta que el 22 de noviembre de 2007 se dictó la falta de mérito y el 20 de marzo de 2009 se dispuso el sobreseimiento del médico. Actualmente, la causa está prescripta, sin ninguna posibilidad de reapertura.
“El abogado que teníamos en ese momento tampoco hizo un seguimiento de todo y, cuando nos avisó del sobreseimiento, ya era tarde. No pudimos apelar nada. Ahora ya es imposible reactivar algo”, se lamentó Romina.
Después del caso Vega, Lotocki dejó Posadas y recaló en Chile, donde al poco tiempo también comenzó a recibir acusaciones. Después de ello se asentó en Buenos Aires, donde la historia se repitió.
Silvina Luna, Stefanía Xipolitakis, Gabriela Trenchi y su ex pareja, la también misionera Pamela Sosa, fueron algunas de las famosas que lo denunciaron. Esa demanda se transformó en una causa por “lesiones graves” y en febrero de 2022, Lotocki fue condenado a cuatro años de prisión, aunque no fue a la cárcel.
En esa causa, se determinó que el cirujano causó lesiones en el cuerpo de las cuatro mujeres con el uso de un relleno que contenía microesferas de polimetil metacrilato (PMMA), en lugares del cuerpo en los que está prohibido su uso y en cantidades superiores a las sugeridas por la comunidad científica.
Luego de esa condena, el médico sufrió otro revés cuando la Justicia lo procesó como posible autor de “homicidio simple con dolo eventual”, figura que prevé entre 8 y 25 años de prisión, por la muerte de otro paciente identificado como Christian Zárate (50).
En esa línea, la hermana de la primera víctima fatal que se le atribuye a Lotocki contó que actualmente existe un grupo de WhatsApp con más de 25 antiguas pacientes del médico cirujano, muchas de las cuales afortunadamente no experimentaron complicaciones, pero a la luz de los nuevos acontecimientos, ahora temen por su salud y comenzaron a realizarse estudios médicos.
Lotocki continúa desligándose de los hechos y sigue en libertad, aunque está inhabilitado desde julio, más de 15 años después del caso Vega en Posadas.
Judiciales
Rechazan apelación y confirman prisión preventiva de ex policías
La Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores de Misiones confirmó la prisión preventiva para los ex policías detenidos desde el 10 de octubre pasado, en un fallo que rechazó todos los argumentos de la defensa de los uniformados y ratificó la decisión del juez Fernando Verón.
Así, los ex policías Ramón Alejandro Arrieta, Iván Ezequiel Arrieta, Lisandro Ramón Canteros, Diego Hernán Correa, Ramón Oscar Amarilla, Joaquín Orrego, Adolfo Guirula y Horacio Ezequiel Elías Coutto, continuarán detenidos mientras continúa la instrucción del proceso judicial.
La decisión judicial se apoyó en la presunta participación de los detenidos en un plan de sedición y coacción agravada, para impulsar un nuevo levantamiento policial con la intención de provocar la caída de la cúpula de la institución.
Las defensas de los ex policías habían apelado la decisión del juez Verón, argumentando sobre la falta de pruebas, la violación del principio de inocencia y la desproporcionalidad de la medida.
Los jueces de la Cámara, Marisa Ruth Dilaccio y José Alberto López, desestimaron tales argumentaciones y consideraron que la prisión preventiva está justificada por la gravedad de los hechos, la posibilidad de que los imputados entorpezcan la investigación y el peligro de fuga.
En el fallo, los jueces dejaron constancia de que la prisión preventiva no viola el principio de inocencia, ya que es una medida cautelar y no una condena, y remarcaron que el proceso contra los ex policías juzga acciones que constituyen delitos de acción penal pública.
El tribunal tampoco pasó por el alto el hecho de que el 19 de septiembre pasado, la justicia provincial descubrió, merced a pericias de los celulares de los encausados, la existencia de un grupo de WhatsApp para organizar una medida de fuerza similar a la de mayo pasado, cuando efectivos retirados y en actividad bloquearon por 14 días la sede del Comando Radioeléctrico I de Posadas, sobre la avenida Uruguay.
Incluso, uno de los ex policías ahora detenido hablaba de quemar malezas para “forzar la salida de los cuarteles de bomberos de las autobombas y así, en el lugar de los hechos, llevarlas para bloquear avenidas y calles”.
Policiales
Molécula ató a un amigo a una silla, le robó $700 mil y cayó en Garupá
Julián “Molécula” Deglise, delincuente con extenso prontuario, volvió a ser protagonista de un robo violento tomando como víctima, esta vez, a un amigo al que visitó en su domicilio, lo amenazó con un cuchillo, lo ató a una silla y le robó $700 mil para luego huir de la escena en una camioneta color gris.
Según informó la Policía de Misiones, el atraco sucedió en las primeras horas de la noche del miércoles, cuando Molécula, de 48 años, llegó hasta la casa de su amigo sobre calle Padre Serrano, en Posadas.
Cuando alrededor de las 21 horas la policía tomó conocimiento del robo, la víctima, un hombre de 46 años, relató lo acontecido a los uniformados que comenzaron un trabajo de investigación y seguimiento mediante cámaras de seguridad que dieron resultado positivo pocas horas más tarde.
Con el ladrón plenamente identificado y el dato de la camioneta color gris en la que Molécula huyó del lugar, se desplegó un amplió operativo de rastrillaje. El sistema de monitoreo de las cámaras de seguridad del Centro Integral de Operaciones 911 pudo establecer el recorrido del rodado y a las pocas horas ya tenían cercado al malhechor.
Los investigadores identificaron un domicilio en el barrio “38 Viviendas” de la localidad de Garupá que, finalmente, fue allanado en horas de la madruga por disposición del juez penal en turno, Miguel Mattos, a cargo del Juzgado de Instrucción Siete, de Posadas.
En la redada llevada a cabo a las 3 de la madrugada de hoy por agentes de la División Investigaciones de la Unidad Regional I, con apoyo de la Guardia Infantería y la Policía Científica, se logró la captura de Julián “Molécula” Deglise, como así también el secuestro de $450 mil que serían parte del botín y de la camioneta color blanco con la que huyó luego del atraco.
Prontuario
El nombre de Julián “Molécula” Deglise llegó a las primeras planas de los diarios en agosto de 2006, cuando, mientras purgaba una condena en el penal de Loreto por hurtos y robos calificados, escapó de la unidad carcelaria junto con otros tres reclusos y en pocas horas protagonizó un raid delictivo que incluyó robos, toma de rehén e intentos de homicidios.
Alias Molécula había recuperado la libertad a fines de mayo de 2018, con 42 años, tras cumplir más de una década tras las rejas al purgar una condena de unificada de doce años, sentenciado por delitos de evasión, robo calificado, portación ilegal de arma de guerra, lesiones graves y homicidio doblemente calificado en grado de tentativa.
Policiales
Ya está con su familia el niño de 11 años desaparecido en Posadas
El pequeño Franco Daniel O. de 11 años, quien alarmó a su familia y a la comunidad posadeña al desconocerse su paradero desde ayer, ya se encuentra con su familia en buen estado de salud.
Franco había salido por la tarde del último miércoles de su hogar, ubicado en el Barrio Hermoso de la capital misionera, sin regresar.
Ante la preocupación, a primera hora de hoy, la familia radicó la correspondiente denuncia en la Comisaría Octava de la Unidad Regional X y la fuerza activó el protocolo de búsqueda para dar con el paradero del menor de 11 años.
Finalmente, en horas del mediodía, la Policía de Misiones informó que el pequeño Franco ya se encontraba con su familia en buen estado de salud.
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