Judiciales
El arma y las últimas escuchas al Negro Rojas en la décima jornada de juicio

La décima audiencia del juicio contra Néstor Fabián “El Negro” Rojas (47) consistió esta mañana en la reproducción, para su incorporación como prueba al proceso, de las últimas escuchas telefónicas efectuadas al sindicado narco-sicario misionero acusado de asesinar a un ex socio y de montar una empresa de narcotráfico llamada Primer Comando de Frontera (PCF).
En los casi 20 audios especialmente seleccionados por las partes, principalmente por el Ministerio Público Fiscal (MPF), encabezado por los fiscales Vivian Barbosa y Martín Uriona (Procunar), se oyen conversaciones donde el acusado ventila detalles de la organización y financiación de maniobras de narcotráfico, como así también efectúa amenazas hacia los investigadores que ya tenían sus líneas interceptadas.
“Paren en la estación de servicio de Montecarlo, que ahí tenemos que entrar a buscar algo” o “seguilo al Chevrolet porque hay que hacer un desvío porque hay un control”, “dale 15 al Polaco y mañana vamos a estar por ahí esperando el resto”, son algunas de las frases que se alcanza a escuchar en los audios atribuidos al Negro Rojas y enviados otros miembros de la banda con la cual alcanzó a mover más de once toneladas de marihuana y 32 kilos de cocaína en menos de un año.
Entre las interceptaciones reproducidas hoy se volvió a oír la conversación telefónica donde Rojas confiesa el asesinato de su ex socio Aldo Andrés Canteros, hecho por el cual el “capo narco” puede ser condenado a prisión perpetua.

El Negro Rojas sigue el debate desde la cárcel federal de Marcos Paz. FOTO: Archivo.
“Nos jugó sucio, nos apretaron hoy entre cuatro… casi me mataron… ¿entendé?… le dí a él, le dí al compinche, a otro, no sé, a los que estaban ahí… me cayeron corte gorra viste… ¿entendé? Le volé la cabeza. No vayas a llamar más”, admite Rojas en ese audio que fue extraído de una conversación mantenida con su primo Eduardo Javier Martínez -hoy prófugo- el 5 de agosto de 2018 a las 23.07, horas después del crimen de Canteros.
La fiscalía también pidió que se leyera ante toda la sala fragmentos de un intercambio de mensajes de texto donde el sindicado narco-sicario actualmente preso en la cárcel federal de Marcos Paz amenaza a sus interlocutores trayendo a colación un viejo doble crimen del cual también está acusado.
“Te voy a despellejar vivo. Primero te voy a dar donde más te duele. Soy el Negro Rojas, papá. Vas a terminar como Vega”, consigna el mensaje leído. Vega era Sebastián, uno de los dos jóvenes ultimados a balazos en un ajuste narco perpetrado a fines de 2015 en la zona de El Acuerdo en Posadas.
Gemidos y amenazas
Pero eso no es todo. En la sala también se reprodujeron las últimas escuchas efectuadas contra el imputado, las cuales datan de 2018, cuando ya estaba preso en el penal de Ezeiza tras ser detenido por el asesinato de Aldo Canteros.
En esas circunstancias, el misionero estaba siendo investigado por continuar liderando actividades de narcotráfico y mientras mantenía sexo virtual con su novia advirtió que la línea estaba intervenida.
Y allí, entre los gemidos de su joven pareja, comenzó con sus amenazas a diestra y siniestra: “Están grabando manga de putos. Esos jueces. Esto recién empieza. Van a pagar por todo lo que hicieron, uno por uno. El peor error que tuvieron fue no haber matado”.
Apenas unos segundos después, reafirma sus dichos: “Se van a arrepentir de haber nacido. Cuando vean, graben bien, la sigla PCF, Primer Comando de Frontera, la van a tener marcada por el resto de sus vidas”.

La pistola Bersa 9 milímetros, junto con vainas servidas y una llave, exhibidas hoy ante las partes.
Al culminar con los audios, la audiencia guardaba un trámite clave más y fue la exhibición ante las partes de la pistola Bersa calibre 9 milímetros utilizada para acribillar a Canteros, quien según la autopsia recibió cuatro disparos: en la pierna, en el abdomen, en la boca y en la cabeza.
También se procedió a la apertura de los sobres que contenían vainas servidas y la llave de un Renault Logan que habría sido el último vehículo utilizado por Rojas antes de escapar de Gobernador Roca tras perpetrar el crimen de su ex socio.
Para este lunes estaba previsto la declaración un último testigo. Se trataba del ex suegro de Canteros, aunque el hombre no se presentó a pesar de haber sido notificado por Gendarmería Nacional Argentina (GNA) y su testimonio se postergó para la próxima audiencia, que se realizará el 26 de septiembre.
Después de ello se cree que el tribunal, presidido por el magistrados Víctor Alonso (Corrientes) e integrado por sus pares Fermín Ceroleni (Corrientes) y Enrique Bosch (Chaco), fije fecha para el inicio de la ronda de alegatos.
Judiciales
La denuncia de abuso contra Sebastián Kiczka, chats e informe psicológico

Entre todo el caudal probatorio revelado hoy durante la extensa lectura del requerimiento de elevación de juicio de la causa que se sigue contra Germán (44) y Sebastián Kiczka (47), se expusieron detalles hasta ahora desconocidos sobre la denuncia por abuso que también afronta el mayor de los hermanos. Además, se ventilaron chats comprometedores e informes psicológicos.
Sebastián llegó a juicio imputado por tenencia y distribución de archivos Masi, pero a diferencia de su hermano también acumula una acusación por “abuso sexual simple”, hecho denunciado una vez que se desató el escándalo que ubicó a Apóstoles bajo la lupa de todo el país.
Según se desprende de la resolución de la fiscal de instrucción Silvia Barronis reproducida esta mañana en la primera audiencia de debate oral, la denuncia por abuso fue radicada por una joven que al momento del hecho aseguró haber tenido entre 14 y 15 años.
En su exposición, la denunciante narró que conoce a Sebastián Kiczka desde los 13 años, cuando coincidieron en un gimnasio de Apóstoles y donde entablaron una cierta relación de amistad.
“Él primero me pasaba la rutina del gimnasio por Whatsapp pero después se empezó a sobrepasar. Él era raro y era frecuente que hable con menores. Cuando me ayudaba a hacer sentadillas me tocaba las piernas”, repasó la joven cuya identidad se preserva para proteger su integridad y evitar su revictimización.
En el avance de su testimonio, la denunciante llegó a narrar el día del abuso que hoy se le imputa al acusado: “Un día, yo tenía 15 por ahí, me empujó hacia la bacha del baño, me besó y me tocó el glúteo”.
La muchacha también indicó que mantenía conversaciones íntimas con el acusado, quien le pedía fotos con “contenido sexual” y afirmó que en al menos una oportunidad Sebastián le envío una imagen de sus genitales.

El fiscal Glinka -a la izquierda- pidió al tribunal que no se deje “engañar” por las defensas.
Fue en una de esas charlas que el hermano mayor del ex diputado provincial le mostró la foto de una niña. “Me mandó una foto de su vecinita y me dijo lo linda que era y que le iba a esperar cinco años más”, relató la denunciante según consta en el documento leído esta mañana.
De esos chats surge otro mensaje que compromete a Sebastián Kiczka y que es utilizado por la fiscalía para sostener el acusado es imputable y que comprende la criminalidad de sus actos: “No sé como siempre zafo y mira que me cogí menores”.
“Sabe que son menores y sabe que es delito. Sabe que la Justicia lo reprime”, insistió el fiscal Vladimir Glinka en su alegato al pedir a los jueces del tribunal que no se dejen “engañar” por las defensas.
Es que, justamente, de esa misma conversación emerge otra expresión que, en contrapartida, es utilizada por la defensa para alegar una posible patología de salud mental que requiera de tratamiento.
Ello se sostiene en un mensaje de texto donde Sebastián admite “hay Dios, me tengo que sacar esa adicción a las menores… pero es que me gustan”.
Trastornos y comprensión
En la lectura de hoy, también se repasaron las pericias psicológicas efectuadas sobre ambos imputados y el informe de Sebastián indica la presencia de “elementos compatibles con una personalidad neurótica, con rasgos depresivos, paranoides y esquizotípicos”.
Y ahonda: “El evaluado presenta indicadores compatibles con trastornos de la preferencia sexuales de tipo no exclusivos. Es decir, sus preferencias sexuales incluyen tanto niños, como adultos, que si bien explica su actuar como expresión de su placer sexual, es un sujeto con perfecta comprensión de su actuar ilícito, por lo que sus facultades de juicio y voluntad no están afectadas para el delito que se le imputa”.
En el mismo informe, los peritos que analizaron a Sebastián concluyeron además, que todo lo mencionado “genera un malestar significativo en la vida del sujeto y que para la recuperación de los patrones conductuales es necesario que reciba atención por parte de profesionales de la salud mental y que este sea de forma interdisciplinaria”.

Los hermanos Kiczka, atentos al desarrollo de la primera audiencia. FOTO: Marcos Otaño.
Sobre ese punto avanzará su defensa y así lo anticipó el abogado Eduardo Paredes en su alegato de apertura.
“Lo de Sebastián no es un problema de prueba, es un problema de culpabilidad. Sería un error aplicar una pena y no una medida de seguridad”, expresó el letrado, considerando como alternativa la aplicación de una “internación obligatoria para tratamiento de salud mental con control del Estado”.
Y al terminar la audiencia lo reafirmó ante la prensa: “Él es autor de lo que se le imputa, el tema es si es imputable o no. Sebastián está confeso, escribió una carta, se hizo cargo, pero no lo hacen difusión. Sebastián bajaba material de internet, es eso. Es una tragedia que sean niños, no sabemos de dónde, ni de cuándo son los videos, están en internet”.
Judiciales
Fiscales del caso Kiczka: “Demostraremos que hay una conducta criminal grave”

“Vamos a demostrar que esto no es una causa política, sino que hay una conducta criminal grave”, aseveró el fiscal Martín Rau apenas empezó a desandar su alegato de apertura hoy, en la primera jornada del juicio oral en contra del ex diputado provincial Germán Kiczka (44) y su hermano Sebastián (47), imputados por delitos de tenencia y distribución de archivos con material de abuso sexual infantil (Masi).
Los hermanos ingresaron a la sala especialmente acondicionada para la ocasión en el SUM del Palacio de Justicia a las 8.35, apenas cinco minutos después del horario establecido para el inicio del proceso calificado como histórico al tratarse de la primera causa por archivos Masi que llega a instancia de juicio oral en la provincia.
Para ese entonces, el recinto ya estaba repleto, entre periodistas, fotógrafos, corresponsales de medios porteños, funcionarios judiciales, agentes policiales, estudiantes universitarios y público en general que ocuparon la totalidad de las sillas dispuestas en la sala.
Una catarata de flashes se disparó contra los imputados, quienes no eran registrados públicamente desde aquel 1 de septiembre de 2024, cuando fueron filmados a las risas durante una visita familiar que recibieron en la comisaría Segunda de Apóstoles, lugar en el que permanecieron menos de 24 horas, ya después de ello fueron trasladados a la Unidad Penal VIII de Cerro Azul, donde ya acumularon más de 200 días detenidos.
A las risas también se presentó hoy Germán en la sala. Escoltado por agentes del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) y esposado, pero su primera reacción fue sonreír ante las avalancha de cámaras. Distinto fue el semblante de Sebastián, que con mirada fija ocupó su lugar sin ninguna otra mueca y permaneció inmóvil durante un largo tiempo.
Con todas las partes presentes, el juez Gustavo Bernie, presidente del Tribunal Penal Uno de Posadas, dio pie a la lectura del requerimiento de elevación a juicio de la causa, cuyo proceso abarcó tres de las cinco horas que duró esta primera audiencia.
El documento revela la complejidad, magnitud y gravedad de lo investigado. De allí se desprende toda la acusación que recae sobre los hermanos Kiczka.

El ex diputado Germán Kiczka se mostró distendido en cada impasse de la audiencia.
“Son chicos muy chicos”
El requerimiento fue formulado por Silvia Barronis, titular de la Fiscalía de Instrucción Cuatro de Apóstoles, quien en base a todos los elementos de prueba recolectados durante la pesquisa consideró que el ex diputado provincial debe responder en juicio por la tenencia y distribución de un total de 913 archivos Masi encontrados en diversos dispositivos informáticos que eran de su propiedad.
En la resolución además se repasa la cronología completa de la investigación trazada entre febrero y diciembre del año pasado, como así también el “mapa” informático, con todas las aplicaciones, descargas, carpetas, subcarpetas, rutas y chats que se rastrearon en laboratorio digital para encontrar cada uno de los archivos que exhiben niños, niñas y adolescentes siendo víctimas de abuso.
“No es necesario hacer una escala de Tanner sobre los niños que se ven en los videos. Es fácil advertir la edad de esos niños y son claramente menores. Son muy, muy chicos, criaturas de cerca de dos años. Ustedes van a ver la prueba por sí mismos”, ahondó el fiscal Rau durante su alegato, anticipando el contenido que en el transcurso del proceso exhibirán ante el tribunal en audiencias que, a partir de ahora, se desarrollarán a puertas cerradas justamente por el tenor de las imágenes al que hacen referencia.
“Es un material que a mí en lo personal me dolió en el alma, es fuerte. Son menores, no hay una sobre actuación y no son solo videitos, acá hay niños vulnerados”, afirmó, a modo respuesta a las consideraciones efectuadas desde la defensa de los imputados en declaraciones previas al juicio que tiene previsto culminar el 16 de abril.

Los fiscales Glinka y Rau están encargados de la acusación.
Tanto Rau como el fiscal adjunto Vladimir Glinka prometieron, además, dejar en claro que el expediente no persigue ningún interés político. “Llegó el momento de la verdad, tenemos una gran cantidad de pruebas perfectamente auditables para que vean que fue un proceso transparente y cristalino”, aseguró Rau y sentenció: “Les vamos a demostrar que esto no es una causa política, sino que hay una conducta criminal grave”.
A su turno, Glinka se adelantó a la defensa, trazó tres posibles escenarios estratégicos que los abogados Eduardo Paredes (por Sebastián) y Gonzalo De Paula (por Germán) podrían desarrollar y los desacreditó uno por uno.
Según el razonamiento del fiscal, las defensas podrían alegar sobre la carga mediática que tuvo la causa, como así también denunciar un posible perseguimiento político o, incluso, derivar toda la responsabilidad del caso a Sebastián, sobre quien arguyen una “desviación” que requiere tratamiento de salud mental.
“Debo darles estas advertencias porque ellos van a tratar de engañarlos. Ellos tratarán de confundirlos y cambiar víctimas por victimarios”, dirigió Glinka al tribunal al cerrar una exposición que duró pocos segundos menos de los 13 minutos cronometrados que prometió.
Defensas
La audiencia continuó el alegato de apertura de los abogados defensores. Eduardo Paredes, que representa a Sebastián Kiczka, a quien además se le acusa de un abuso sexual simple en perjuicio de una adolescente.
Paredes adujo que los materiales encontrados en los aparatos de su defendido están probados e incluso el acusado lo admite, pero superpone una cuestión de salud mental: una “desviación”, una “parafilia”. El abuso prácticamente lo descarta.
“Lo de Sebastián no es un problema de prueba, es un problema de culpabilidad. Sería un error aplicar una pena y no una medida de seguridad”, expresó, considerando como alternativa la aplicación de una “internación obligatoria para tratamiento de salud mental con control del Estado”.

Sebastián Kiczka, atento a la audiencia. En la otra punta, su hermano Germán.
Gonzalo De Paula, por su parte, en una breve exposición, afirmó que el caso de Germán se reduce a un consumo pornográfico, alegando que su defendido desconocía gran parte de los contenidos descargados. “Era una búsqueda a ciegas, como lo dijo en su indagatoria. Acá no hubo distribución, ni facilitación”, agregó.
El letrado también desligó a Germán Kiczka de la notebook Acer incautada en la casa de su padre, aparato donde se halló gran parte del material probatorio. “Desde 2019 que ya no residía en ese lugar”, argumentó.
Pedro Puerta
Culminado los alegatos, entre las cuestiones preliminares a resolver antes de avanzar con el proceso la fiscalía insistió en la citación del diputado Pedro Puerta como testigo en la causa.
El legislador provincial aparece en el listado de 67 testigos admitidos por el tribunal, pero poco antes del inicio del juicio las defensas trabaron un recurso buscando frenar la convocatoria de Puerta al proceso, como así también de otras dos personas citadas para prestar declaración testimonial.
La controversia que se daba en los papeles se replicó hoy en la oralidad, ya que las partes no arribaron a un acuerdo y ahora se aguarda que el tribunal resuelva la cuestión.
“Tenemos alguna serie de mensajes intercambiados con algunos de los imputados y queremos que nos explique sobre eso. Él está como testigo”, explicó ante la prensa Rau una vez culminada la audiencia.
Juicio a los Kiczka: archivos Masi y el paradigma de la evidencia digital
Judiciales
De la banca al banquillo: comenzó el juicio contra Germán Kiczka y su hermano

Tal como estaba previsto, esta mañana inició el juicio oral contra el ex diputado provincial Germán Kiczka (44) y su hermano Sebastián (47), imputados por tenencia y distribución de material de abuso de sexual infantil (Masi).
Los acusados llegaron a la sala de debates armada en el SUM del Palacio de Justicia bajo una fuerte custodia del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), mientras que en las afueras la seguridad del recinto se vio reforzada por agentes de la Policía de Misiones.
El ingreso se dio a las 8.35. Germán Kiczka llegó sonriente, Sebastián, ahora calvo, entró sin emitir gestos.
El juicio estará a cargo del Tribunal Penal Uno de Posadas, integrado por los magistrados Gustavo Bernie, Viviana Cukla y Cesar Yaya (subrogante).
En la acusación estarán, por primera vez de manera conjunta dos fiscales de tribunales: Martín Rau y Vladimir Glinka como auxiliar.
Los imputados, en tanto, contarán con diferentes defensas. En representación de Germán Kiczka estará Gonzalo de Paula y por Sebastián actuará Eduardo Paredes.
La investigación en contra de los hermanos se activo gracias a un alerta proviniente de Estados Unidos, que se centralizó en la fiscalía especializado en ciberdelitos de Caba a cargo de Daniela Dupuy.
A partir de ahí comenzaron los procedimientos y allanamientos que derivaron en el expediente que hoy tiene a los hermanos imputados por la tenencia de unos 900 archivos Masi en total.
La causa fue instruida en Apóstoles, en el Juzgado de Instrucción Cuatro a caego del juez Miguel Ángel Faría.
Se preve que en la jornada de hoy se realice la lectura de elevación a juicio y se resuelvan las cuestiones preliminares que las partes puedan presentar.
El debate se extenderá durante once jornadas más, las cuales serán a puertas cerradas por tratarse de un delito contra la integridad sexual.
Los alegatos finales y el dictado de sentencia está fijado para el 16 de abril.
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