Judiciales
Villalba admitió un “procedimiento malo” y pidió perdón a la familia Rosa
Los ex policías Aldo Villalba (35) y Luis Rotela (43), enjuiciados desde la semana pasada por “incumplimiento de sus deberes como funcionario público y abandono de persona agravado por el resultado de muerte” en perjuicio de la docente jubilada con esquizofrenia Mirta Carmen Rosa (47), registrado hace más de una década en Garupá, finalmente declararon hoy.
En esa instancia, ambos se desligaron del trágico final y el principal acusado pidió perdón a la familia de la víctima, por la “falencia” en el procedimiento realizado.
Tal como estaba previsto, para hoy sólo se aguardaban las declaraciones de los imputados, dado que el testimonio de los demás testigos que fueron desistidos o que no fueron hallados iba a ser incorporados por lectura. De esa manera, la etapa de recolección de pruebas se declararía cerrada, para dar paso a la ronda de alegatos fijada para el próximo miércoles desde las 8.30.
El primero en pasar frente al tribunal fue Aldo Villalba, que al momento del hecho era oficial de servicio en la comisaría Quinta de Garupá y estuvo a cargo de la comisión que el 14 de febrero de 2013 salió a atender el requerimiento de una familia del barrio Nuevo Garupá, quienes solicitaron asistencia ante la presencia de la señora Rosa, una mujer de 47 años diagnóstica con “trastorno psicótico esquizofrénico”, que ese mediodía llegó desorientada al lugar.
La reconstrucción del hecho señala que Villalba, acompañado de Rotela como chofer, subieron a Rosa al patrullero y se la llevaron del lugar, pero nada más se supo de la mujer hasta que, horas después, su cadáver apareció en una cancha del barrio Los Potrillos, a varias cuadras de distancia. Qué sucedió en el medio es lo que se intenta determinar en este juicio. Al principio los ex uniformados fueron acusados de homicidio calificado, pero luego la figura se redujo a la imputación actual.
En el comienzo del debate, los dos acusados se abstuvieron de declarar, aunque advirtieron que podrían hacerlo durante el transcurso de las audiencias y el momento llegó hoy.
“La vi bien y la bajé”
Ya frente al tribunal, Villalba se defendió de las acusaciones, aunque sin responder preguntas. En primera instancia narró que, al llegar a la casa desde donde pidieron asistencia, se encontró con Rosa y dialogó con ella.
“Yo me entrevisto con la señora sentada. Me presento y le hago preguntas de rigor. La señora me manifestó que se llamaba Rosa, que era de San Javier, que sus hijos y marido vivían ahí. La familia del lugar dijo que no hubo ningún problema, que sólo quería que retiremos a la señora”, relató el imputado, que actualmente trabaja como chef.
Añadió entonces que subieron a Rosa en el patrullero para dirigirse a la comisaría y, dentro del móvil, continuaron dialogando sin inconvenientes, hasta que poco antes de llegar “a la colectora, cerca de los bomberos”, la mujer pidió bajarse aduciendo que tenía familiares viviendo cerca.
“Yo le digo al chofer (Rotela) que pare. Bajo, abro la puerta y le vuelvo a preguntar a la señora si estaba bien y me vuelve a decir que tenía un familiar que vivía cerca. Entonces se baja y nosotros nos retiramos hacia la comisaría”, señaló Villalba.
Y continuó: “Como yo veo que ella estaba bien, que me contestó su nombre, que dijo de dónde era, que tenía familia y que no evidenciaba lesiones, ni nadie dijo nada sobre algún dolor o padecimiento, para mí fue una comisión normal y a requerimiento de la señora lo más simple o la solución más humana, la que más correcta me pareció fue bajar a la señora en la colectora. Nunca tuve una sensación de alerta o de peligro, la vi bien y la bajé”.
Bajo estas circunstancias, el imputado agregó que al regresar a la comisaría le pasó los datos de la comisión realizada “al cabo de cuarto”, aunque le informó que todo fue “sin novedad”, porque consideró que no había pasado nada “grave” o “relevante”.
“Jamás pensé que un ‘sin novedad’ iba a desembocar en todo esto’”, lanzó, refiriéndose a que también le endilgan el delito de “falsificación ideológica de instrumento público”.
En la continuidad de su relato, además, Villalba contradijo al que era su jefe en la Quinta, José Cerdán, quien ayer declaró que, tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Rosa, el oficial imputado nunca le contó sobre la comisión que habían realizado con ella horas antes.
“Cuando se halla el cuerpo, yo reservo la escena e informo a los superiores. Cuando llega el jefe, tengo un diálogo con él y le digo que con esa señora nosotros tuvimos contacto, le expliqué la comisión, que fue sin novedad, que simplemente la trasladamos hasta la colectora, que se bajó y nos fuimos. Le dije que no pasó nada más y me respondió que esperáramos qué decían el juez y el médico, pero que mientras tanto yo siga con las instrucciones del caso”, se explayó.
De esta manera, Villalba respondió las acusaciones que daban cuenta de que, durante casi un mes, él llevó adelante las actuaciones del hecho sin que nadie supiese que había realizado el traslado de Rosa horas antes de su aparición sin vida.
Perdón y pedido de respuestas
Por último, y de pie, el ex policía pidió perdón a la familia de la víctima y también reclamó respuestas y justicia, tanto para la mujer fallecida como para él y su consorte de causa.
“Quiero pedir perdón a la familia si por mi procedimiento malo o con la falla o la falencia de mi procedimiento le causé dolor. Jamás fue mi intención hacer daño a alguien. Todo lo que hice fue dentro de lo que aprendí, creí que lo hice bien, creí que hice un bien, pero tuvo un final muy malo, lo sabemos todos”, exclamó.
E insistió: “Pido perdón a la familia porque sé el dolor que deben estar sintiendo, sé la bronca que deben tener porque son diez años, porque deben querer respuesta y lo mismo quiero yo y Rotela. Queremos respuestas. De la misma forma que la hija nos deseó, le deseo a ella, que Dios la bendiga y que ilumine el camino a la Justicia para que se pueda dilucidar todo lo que le pasó a esta señora después de que nosotros la bajamos”.
Rotela también habló
A su turno, también pasó al frente del estrado el ex cabo Rotela, quien también se excusó de responder preguntas.
El hombre, que se desempeñaba como chofer de la comisaría Quinta, también se desligó del trágico final de Rosa y aseguró que únicamente cumplió su función y que no hizo nada más allá de lo que su rol ameritaba.
También pidió perdón a la familia de la víctima y recordó que, como consecuencia de esta causa, estuvo un año detenido, período en el cual fue exonerado de la fuerza provincial y debió reinventarse como remisero para mantener a su familia, aunque sufre de discriminación porque “la gente me reconoce y no quiere que la lleve”.
Alegatos el miércoles
Tras la palabra de Rotelo, el Tribunal Penal Dos, presidido por el magistrado Gregorio Busse e integrado por César Yaya y Fernando Verón (subrogante) dio por cerrada la etapa de incorporación de pruebas y dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles para avanzar con la ronda de alegatos.
En esa instancia, las partes expondrán sus conclusiones finales y elevar sus respectivos pedidos ante el tribunal.
El primero en exponer será el fiscal Vladimir Glinka, quien ya en la primera jornada de debate brindó un breve alegato de apertura en el cual adelantó que la muerte de Rosa fue consecuencia “del accionar de los imputados”, sobre quienes apuntó que “nos han mentido durante muchos años”.
En segundo orden alegarán los abogados defensores particulares Mónica Olivera, en representación de Villalba, y José Luis Rey por Rotela.
Judiciales
Rechazan apelación y confirman prisión preventiva de ex policías
La Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores de Misiones confirmó la prisión preventiva para los ex policías detenidos desde el 10 de octubre pasado, en un fallo que rechazó todos los argumentos de la defensa de los uniformados y ratificó la decisión del juez Fernando Verón.
Así, los ex policías Ramón Alejandro Arrieta, Iván Ezequiel Arrieta, Lisandro Ramón Canteros, Diego Hernán Correa, Ramón Oscar Amarilla, Joaquín Orrego, Adolfo Guirula y Horacio Ezequiel Elías Coutto, continuarán detenidos mientras continúa la instrucción del proceso judicial.
La decisión judicial se apoyó en la presunta participación de los detenidos en un plan de sedición y coacción agravada, para impulsar un nuevo levantamiento policial con la intención de provocar la caída de la cúpula de la institución.
Las defensas de los ex policías habían apelado la decisión del juez Verón, argumentando sobre la falta de pruebas, la violación del principio de inocencia y la desproporcionalidad de la medida.
Los jueces de la Cámara, Marisa Ruth Dilaccio y José Alberto López, desestimaron tales argumentaciones y consideraron que la prisión preventiva está justificada por la gravedad de los hechos, la posibilidad de que los imputados entorpezcan la investigación y el peligro de fuga.
En el fallo, los jueces dejaron constancia de que la prisión preventiva no viola el principio de inocencia, ya que es una medida cautelar y no una condena, y remarcaron que el proceso contra los ex policías juzga acciones que constituyen delitos de acción penal pública.
El tribunal tampoco pasó por el alto el hecho de que el 19 de septiembre pasado, la justicia provincial descubrió, merced a pericias de los celulares de los encausados, la existencia de un grupo de WhatsApp para organizar una medida de fuerza similar a la de mayo pasado, cuando efectivos retirados y en actividad bloquearon por 14 días la sede del Comando Radioeléctrico I de Posadas, sobre la avenida Uruguay.
Incluso, uno de los ex policías ahora detenido hablaba de quemar malezas para “forzar la salida de los cuarteles de bomberos de las autobombas y así, en el lugar de los hechos, llevarlas para bloquear avenidas y calles”.
Judiciales
Nanico se abstuvo de declarar y fue imputado por el femicidio de Fabiana
Marcelo Daniel “Nanico” Muller (34) se abstuvo de declarar hoy, fue formalmente imputado por el femicidio de la pequeña Fabiana Sirino (8) y volvió ser trasladado a la celda donde continuará detenido mientras avance el proceso judicial que muy probablemente le depare una pena de prisión perpetua en el futuro.
El changarín de 1,40 metros de estatura fue trasladado hoy desde 25 de Mayo hasta el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá bajo un protocolo de alta de seguridad, vistiendo chaleco antibalas y casco, equipamiento provisto para resguardar su integridad física ante el clamor social que despertó el crimen que se le adjudica.
El hombre compareció en indagatoria ante el magistrado Pedro Benito Piriz, instancia en la que fue notificado del material probatorio que por el momento lo vincula con el hecho y fue formalmente imputado por delitos de “abuso sexual agravado por uso de arma y homicidio doblemente agravado por ser cometido para ocultar otro delito y procurar la impunidad (criminis causa) y por ser cometido mediando violencia de género (femicidio)”, acusado que prevé la prisión perpetua como única pena en expectativa según establece el Código Penal de la Nación.
Según consignaron fuentes de La Voz de Misiones, en misma audiencia Muller tenía la oportunidad de brindar su versión de los hechos o defenderse de las acusaciones, pero prefirió abstenerse, tal como lo ampara su derecho. E implicado designó como abogada a la defensora oficial Flavia Valenzuela.
Tras la audiencia, Muller volvió a ser llevado a la celda donde continuará privado de su libertad mientras avance la instrucción del expediente dirigido por el juez Piriz, quien mientras aguarda el resultado de estudios científicos ordenó que el imputado sea sometido a una serie de pericias psiquiátricas.
Querellantes
Se prevé, además, que en las próximas horas la Justicia autorice la participación de la familia Sirino como querellantes particulares en la causa bajo la representación del letrado posadeño Federico Esquivel.
El pedido ya fue realizado y solo resta la providencia que permita el inicio de las actuaciones de la querella que, de esta forma, podrá participar del activamente del proceso, solicitando medidas y aportando pruebas.
“Es un caso que excede todo los límites. Es realmente atroz. Nosotros creemos que el crimen estuvo planificado. El detenido es una persona fría, que venía calculando todo y merodeando la escuela. La chiquita Fabiana llegó a reconocerlo, pero cuando seamos parte del expediente vamos a pedir varias medidas más para colaborar con la fiscalía en la investigación”, sostuvo Esquivel en diálogo con La Voz de Misiones.
El caso
Fabiana tenía 8 años y era hija de agricultores. El viernes pasado salió de la escuela y regresaba a su casa en el barrio Paraíso de 25 de Mayo cuando fue interceptada por el camino.
Su femicida la trasladó a un monte de la zona, donde la violó y le asestó treces puñaladas en diversas partes del cuerpo, aunque la niña no murió en el instante. Fabiana alcanzó a ser encontrada por su propia familia y mientras era llevada de urgencia al hospital reconoció a su agresor. “Fue Nanico, él me hizo esto”, fueron sus palabras. Más tarde murió de un shock hipovolémico ocasionado por las múltiples lesiones.
Gracias a ese aporte, dado con su último suspiro, la Policía activó un operativo para detener a Muller, quien ahora se enfrenta a una acusación que puede llevarlo a pasar el resto de su vida en la cárcel y ser recordado como el autor de uno de los crímenes más atroces de la historia reciente de Misiones.
Judiciales
“Van a juntar tu cerebro con cuchara”, las amenazas de Policeno a Betiana Machado
Dos desgarradores testimonios marcaron el pulso de la primera jornada del juicio por el femicidio de Beatriz Betiana Machado (17). Fueron su amiga Antonela Fucs (18) y su madre Maira Correa (33) los primeros testigos en declarar ante el Tribunal Penal Uno de Eldorado y entre sollozos recordaron aquella madrugada en la que presenciaron y asistieron a la víctima tras ser apuñalada por su ex pareja Pablo Rafael Alves Policeno (29), hoy imputado y pasible de ser condenado a prisión perpetua.
La vulnerabilidad de la víctima, la constante violencia que padecía y las permanentes amenazas de muerte que recibía de parte del acusado quedaron expuestas hoy tras el testimonio de dos de las personas más cercanas a Betiana, una adolescente de 17 años que había decido separarse de Policeno, pero que continuaba siendo hostigada.
Machado y Policeno estuvieron juntos aproximadamente dos años e incluso convivieron, pero la joven sufría una violencia en silencio. Apenas contaba lo que sucedía y más tarde se supo por qué. “Siempre la veíamos triste, pero no contaba nada. Lo que sabíamos era por boca de otros. Él siempre le amenazaba con prender fuego la casa con todos nosotros adentro si no estaban juntos o le decía que le iba a matar al hermanito. Entonces ella siempre volvía por miedo”, declaró esta mañana Maira Correa, mamá de la adolescente asesinada en San Antonio.
La propia Correa recordó que, después de su separación, Machado volvió a la casa familiar, pero Policeno fue a buscarla y allí fue testigo de una cruenta amenaza: “Él le quería llevar nuevo con él, pero la Betiana quería quedarse y ahí él le dijo ‘voy a agarrar esa piedra y tu mamá va a juntar tu cerebro con cuchara’. Yo no lo denuncié porque ella pidió que no hagamos nada. Yo estaba ahí, con mis cuatro hijos”.
No iba a pasar mucho tiempo para que otra situación violenta se produjera y entonces Correa decidiera finalmente denunciar a Policeno por violencia de genero, lo cual derivó en una restricción acercamiento que el acusado violó durante la madrugada del 24 de julio de 2022 cuando la interceptó a la salida de un boliche y la masacró a cuchillazos para luego dejarla agonizando en la calle.
“Parecían golpes, pero eran cuchillazos”
El ataque fue presenciado a escasos metros de distancia por Antonela Fucs, amiga de Betiana y quien estuvo con ella durante toda esa noche. La joven también declaró hoy y entre lágrimas narró aquel episodio, aunque admitió que hubiese preferido no volver a traer esas imágenes a su mente.
Fucs relató que con Betiana fueron a un boliche San Antonio y allí estuvieron desde las 21 hasta las 3, aproximadamente, lapso en el cual se encontraron con Policeno, quien constantemente quería estar cerca de su ex pareja. “Yo tenía miedo que me haga algo a mí también. Era raro, porque yo quería bailar con ella y él no le dejaba”, recordó.
La testigo agregó que en determinado momento su amiga le dijo para irse y le pidió que le acompañara, por lo que salieron juntas y comenzaron a caminar rumbo a la casa de Betiana, aunque por el camino se produciría lo peor.
“Íbamos caminando y pasa una moto, que después vuelve hacia nosotros y era él. Yo me asusté mucho. Él decía ‘amor disculpame’ y ella le contestaba ‘ya está, andá a dormir, hablamos mañana’”, reconstruyó Fucs ante el tribunal presidido por el magistrado Atilio León, ante las partes intervinientes y también ante las cámaras que por primera vez transmitieron en vivo un juicio oral y público en el Eldorado.
Según continuó la testigo, tras ese primer cruce de palabras Policeno se retiró del lugar, pero al cabo de unos pocos minutos regresó. Estacionó su moto y se abalanzó sobre su ex pareja. “Ahí él le agarra de los hombros. Ella le seguía diciendo que se vaya a dormir y en momento como que él la suelta, pero con una mano le agarra de los pelos y con la otra comienza a pegarle, pero no se notaba que era un cuchillo. Parecían golpes de puño, de atrás hacia adelante”, describió la amiga de la víctima.
Policeno solo detuvo su ataque cuando fue enfrentado por un vecino que escuchó gritos y salió en defensa de Betiana. Después de eso escapó en su moto y horas más tarde lo encontraron malherido al costado de la ruta 101 tras sufrir un despiste.
Betiana, por su parte, quedó tendida sobre la calle, ensangrentada y suplicando ayuda. “Ella lloraba. Yo pensé que solo la había golpeado y cuando le abrazo ella me dice que le había acuchillado y que se iba a morir. Yo la sostuve para que no pierda más sangre y llamé a la Policía”, cerró su testimonio Fucs.
El ataque se produjo a pocos metros de la casa de Betiana y su madre alcanzó a oír sus gritos de ayuda, por lo que también salió en su defensa. “Mientras ella estaba acuchillada yo hablé con ella. Cuando le agarré en mi regazo me dijo ‘pensé que él estaba jugando conmigo, pero me atacó a cuchillazos’. Ella ya estaba muy mal, manchada de sangre. Solo gemía y gemía”, señaló Correa.
Después de ese ataque, la adolescente fue hospitalizada de urgencia y agonizó durante trece días hasta que falleció como consecuencia de sepsis generalizada por las múltiples puñaladas recibidas en espalda, tórax y abdomen.
Policeno hoy enfrenta cargos por homicidio doblemente agravado por la relación de pareja y por violencia de género (femicidio), acusación bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.
Esta mañana, previo al paso de los testigos, el acusado se abstuvo de declarar y oyó en silencio el transcurso del debate sentado junto a su defensora oficial Ana María Mayerhoefer. En representación de la fiscalía actúa Federico Rodríguez.
La jornada de hoy se cerró con el testimonio de un policía que participó en la detención de Policeno y el debate continuará mañana, a partir de las 8.30, con la declaración más testigos.
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