Policiales
Lucía Maidana, 9 años: un caso sin resolver y un ADN femicida sin identificar
Hoy se cumplen nueve años del asesinato de Lucía Maidana y hasta el momento la única certeza del caso es que su femicida nunca fue identificado. Las hipótesis respecto al sospechoso son diversas, desde que pueda estar en cualquier esquina de Posadas, mimetizado entre la sociedad, o muerto sin que nadie se enterara y sin pagar por sus crímenes.
El caso Lucía es complejo. Sobre el asesino se tiene una prueba incontrastable y trascendental: su ADN. Un elemento que prácticamente resolvería cualquier investigación, pero el problema radica en que no existe ninguna otra pista que permita vincular esa información genética a una información física, a un DNI, a un nombre, una persona, a un sospechoso.
El otro dato clave que se tiene es que ese mismo ADN -fantasma hasta el momento- aparece en las escenas de otros tres ataques sexuales perpetrados en perjuicio de jóvenes estudiantes de similares perfiles al de Lucía. Es decir, además de femicida, se trata de un violador serial, con un patrón definido y con la pericia necesaria para no dejar rastros y asegurar su impunidad.
El crimen de Lucía
El crimen de Lucía Maidana, una joven estudiante de Comunicación Social y Gastronomía de 23 años, se registró el 6 de abril de 2013, en el departamento 2 del inquilinato en el que vivía sobre la calle Estado de Israel, en el barrio El Palomar de Posadas.
Era un sábado de Semana Santa. Lucía había vuelto antes de su casa en Capioví porque tenía cuestiones de estudio por resolver. A la tarde estuvo junto a unas amigas y el grupo quedó en volver a encontrarse a la noche, pero la joven nunca más respondió los mensajes.
Se cree que el crimen fue perpetrado entre las 21.30 y las 22.30, lapso en el cual existe un vacío temporal entre su último mensaje y la intervención de sus vecinos cuando notaron el humo que salía de su habitación.
En primera instancia, se pensó que el caso pudo haberse tratado de un hecho accidental, consecuencia de un cortocircuito o alguna otra desafortunada y trágica acción doméstica.
Sin embargo, todo cambió en la morgue. Los forenses concluyeron que se trató de una muerte violenta y que la joven además presentaba signos de haber sido abusada sexualmente, en tanto que los peritos establecieron que el incendio fue generado intencionalmente, con el claro objetivo de borrar huellas.
La muchacha presentaba al menos tres golpes en el cráneo, efectuados con un objeto contundente que se presume pudo haber sido un martillo o algo similar, pero que nunca fue hallado. En la escena tampoco fue encontrada la notebook que Lucía utilizaba y fue lo único que el femicida robó del lugar.
Sotelo, de sospechoso a la falta de mérito
La investigación comenzó y las primeras sospechas apuntaron a Nicolás Sotelo, un ex inquilino del mismo predio, pero que 50 días antes del crimen se había mudado.
El joven, estudiante de Antropología en aquél entonces, quedó en la mira como consecuencia de unos encontronazos mantenidos con Lucía -y principalmente con su hermana, Felicita- originados por conflictos de convivencia en el inquilinato del barrio El Palomar.
Felicita, incluso, fue testigo de situaciones de violencia de género entre Sotelo y su novia, lo cual profundizó las rispideces entre ambos.
Como ni el portón ni la puerta del departamento de Lucía fueron forzados, se creyó que el asesino tenía conocimientos o llaves de acceso al lugar, por lo cual la vinculación de Sotelo en el caso parecía encuadrar cada vez más con la hipótesis de -en aquella instancia- incipiente investigación.
El joven fue detenido pocas horas después y permaneció un mes tras las rejas, pero en su contra no se halló nada. La geolocalización de su celular marcó que durante la noche del hecho él se encontraba en la zona céntrica de Posadas y se recolectaron varios testimonios que acreditaban lo mismo.
Pero lo que resultó clave fue el cotejo científico realizado entre su perfil genético y las muestras de ADN halladas en el cuerpo de Lucía, lo cual arrojó resultado negativo. Esa prueba terminó quitando a Sotelo de la escena del crimen, aunque luego apareció otro elemento que volvió a colocar un manto de dudas respecto a su posible relación con el asesinato.
Es que un testigo aseguró haber visto cuando el implicado arrojó, desde la Facultad de Humanidades -sobre calle San Lorenzo- hacia un edificio ubicado enfrente, las llaves que pertenecerían a la joven asesinada.
Efectivos policiales realizaron la búsqueda y encontraron un manojo de llaves que efectivamente abría la puerta del departamento de la estudiante de Comunicación Social.
A partir de ahí se volvieron a tejer diversas hipótesis que colocaban a Sotelo como posible autor intelectual, instigador o -al menos- facilitador del crimen, pero esa línea investigativa nunca prosperó y fue desvalorizada a raíz de la falta de otros elementos que sustenten la teoría.
Ante este panorama, el Juzgado de Instrucción Uno, a cargo del magistrado Marcelo Cardozo, dictó una falta de mérito en favor de Sotelo pero, aún nueve años después, el muchacho no fue sobreseído por completo del expediente, cuestión que su defensa, encabezada por el letrado Alejandro Jabornicky, insiste y recurre hasta a la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN).
Tras la liberación de quien hasta ese momento aparecía como el principal sospechoso, la investigación entró en una meseta en la cual no aparecían nuevas pistas sobre las cuales avanzar. Incluso, desde la Justicia también se comunicaron con la empresa tecnológica Acer para intentar rastrear el paradero de la notebook sustraída, pero no hubo respuestas. Fuentes consultadas por La Voz de Misiones señalaron que en 2020 se reiteró el pedido de esta pericia.
Más casos: búsqueda de violador serial
La situación cambió por completo cuando un entrecruzamiento de información entre distintos juzgados posadeños confirmó que el femicida de Lucía violó a otras dos jóvenes en 2016. Incluso, cuando esa noticia se conoció, atacó una vez más en 2018.
Los casos fueron concretados con un idéntico patrón. Las víctimas fueron sorprendidas sin posibilidad de defensa, inmovilizadas con un golpe seco que las dejaba inconsciente y luego abusadas. Al igual que Lucía, todas eran estudiantes. Ninguna de pudo describir a su atacante.
Del violador serial sólo quedó su ADN, presente en todas las escenas, pero aún hasta hoy no se sabe a quién pertenece.
Desde el 26 de febrero de 2019 existe una comisión policial especialmente creada para hallar a este peligroso sujeto. Los investigadores trabajan sobre los cuatro expedientes en los cuales aparece el mismo el ADN, repasando una y otra vez cada caso particular en busca de nuevas pistas que en algún momento pudieran haber sido pasadas por alto.
En esa búsqueda, las fuentes de LVM detallaron que se hizo una gran cantidad de cotejos de ADN, desde testigos de la causa Maidana que, en algunos casos, se sometieron voluntariamente a la toma de muestras genéticas para los estudios, hasta un listado de presos con causas de abuso sexual beneficiados con salidas transitorias o condicionales durante fechas cercanas a los sucesos investigados.
Además, desde hace un tiempo se realizan comparaciones genéticas en cada nueva causa de abuso sexual en el que se registren patrones similares a los hechos puestos bajo la lupa, pero hasta el momento no hubo coincidencia en ningún caso.
Entre las últimas medidas, el juzgado que instruye el expediente de Lucía Maidana recurrió a una perfiladora criminal para que analice las causas y trace las hipotéticas características que tendría el violador buscado. De allí surge que el implicado sería de contextura robusta, de personalidad “masculina fuerte”, de entre 30 y 40 años, y familiarizado con la Universidad Nacional de Misiones (UNaM).
A similares conjeturas arriban desde la familia de Maidana. “Lo cierto es que no hay idea de quién puede ser, lo que significa que es una persona cuya conducta pública probablemente no sea sospechosa, que sea una persona absolutamente ‘normal’ como dirían, un buen padre de familia, un buen vecino, a lo mejor un buen docente, un buen profesional, lo que sea y que tiene estas conductas”, analizó la abogada querellante Roxana Rivas, mientras que Felicita profundizó: “Para mí la persona que vuelve a replicar estas cosas tan atroces está en la Facultad. Para mí no es descabellado pensar que haya fijado su mirada en cada gurisa que haya salido de la Facultad. Todos tienen un mismo patrón, entonces no debería ser tan complicado la investigación”.
Ante la escasez de pistas certeras, la situación abre un abanico de hipótesis entre las cuales tampoco se descarta que el involucrado pueda haberse ido de la provincia o incluso fallecer en alguna circunstancia que no llamó la atención de nadie, siendo sepultado junto a la posibilidad de esclarecer la historia.
La última pista
En el expediente Maidana la última señal sospechosa que se advirtió fue en 2020, cuando los investigadores involucrados en el caso repasaban las noticias sobre un nuevo aniversario del crimen y entre los innumerables pedidos de justicia y recuerdos hacia Lucía, detectaron un mensaje con la particularidad de que era el único con un contenido despectivo hacia la muchacha.
Los pesquisas profundizaron sobre ese perfil, pero constataron que era una cuenta falsa y el usuario nunca pudo ser individualizado. Para acrecentar las dudas, constataron que ese comentario fue la única actividad realizada por esa cuenta. Sin certezas, quedó otra inevitable pregunta imposible de responder: ¿Se trató de una broma de mal gusto o era el femicida regodeándose de su crimen detrás de una pantalla?
Entre las últimas medidas dispuestas, la Justicia ordenó que la Dirección de Cibercrimen (de la Policía de Misiones) realice un estudio de todas las líneas telefónicas que impactaron en antenas cercanas a las escenas de los hechos, en días y horarios próximos a los cuatro delitos cometidos. La labor, a decir de los mismos investigadores, se presenta como la búsqueda de una aguja en un pajar, pero el intento, sin dudas, vale la pena con tal de resolver uno de los casos más complejos de la historia policial misionera.
Mientras tanto, los años transcurren y aunque la causa Maidana, al tratarse de un femicidio, no corre riesgo de prescripción, su resolución se presenta como una de las grandes cuentas pendientes de la provincia, cuya sociedad clama por saber la verdad y que hoy volverá a reclamar justicia como cada 6 de abril desde 2013, fecha que marcó un antes y un después, fecha en la que el dolor por un femicidio se transformó en el cimiento movilizaciones con un mensaje cada vez más fuerte en todo Misiones: ¡Ni una Menos!
Policiales
Robaron $1,5 millones de la escuela 356 frente a la residencia del gobernador
Una caja fuerte con una suma millonaria en su interior fue robada del despacho de la directora de la Escuela Provincial 356 de Posadas. La institución está ubicada frente a Residencia del gobernador y el hecho mantiene estupefacto a toda la comunidad educativa debido a que no fueron violentados los ingresos para cometer el ilícito.
El cofre de seguridad, que estaba dentro de un armario en la oficina de la autoridad educativa, contenía en total $1.567.500 billetes en efectivo, con diferente denominación, que fueron recaudados a través de eventos escolares y por medio de la cooperativa, según denunció la directora Silvia Mauri.
Fue la misma autoridad de la escuela quien acudió a la policía cuando esta mañana al ingresar a su despacho notó que delincuentes se habían llevado la caja de metal con la suma millonaria.
Sin embargo, lo que dejaría perpleja a la directora Mauri y más tarde a los estudiantes y padres fue que, para cometer el robo, la puerta de la dirección no fue violentada, lo que hace suponer que quien se habría llevado el dinero forma parte de la institución.
Con el llamado hecho al 911 por el robo, se presentaron en la Escuela 356 los jefes de la Unidad Regional X, Jorge Daniel Houchuk y Paulo Skawrok, para recepcionar la correspondiente denuncia y tomar declaraciones testimoniales en la institución a los fines de esclarecer lo ocurrido.
También estuvieron a la institución educativa agentes de la División de la Policía Científica para realizar las pericias en el interior del despacho de la directora.
Judiciales
Nanico se abstuvo de declarar y fue imputado por el femicidio de Fabiana
Marcelo Daniel “Nanico” Muller (34) se abstuvo de declarar hoy, fue formalmente imputado por el femicidio de la pequeña Fabiana Sirino (8) y volvió ser trasladado a la celda donde continuará detenido mientras avance el proceso judicial que muy probablemente le depare una pena de prisión perpetua en el futuro.
El changarín de 1,40 metros de estatura fue trasladado hoy desde 25 de Mayo hasta el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá bajo un protocolo de alta de seguridad, vistiendo chaleco antibalas y casco, equipamiento provisto para resguardar su integridad física ante el clamor social que despertó el crimen que se le adjudica.
El hombre compareció en indagatoria ante el magistrado Pedro Benito Piriz, instancia en la que fue notificado del material probatorio que por el momento lo vincula con el hecho y fue formalmente imputado por delitos de “abuso sexual agravado por uso de arma y homicidio doblemente agravado por ser cometido para ocultar otro delito y procurar la impunidad (criminis causa) y por ser cometido mediando violencia de género (femicidio)”, acusado que prevé la prisión perpetua como única pena en expectativa según establece el Código Penal de la Nación.
Según consignaron fuentes de La Voz de Misiones, en misma audiencia Muller tenía la oportunidad de brindar su versión de los hechos o defenderse de las acusaciones, pero prefirió abstenerse, tal como lo ampara su derecho. E implicado designó como abogada a la defensora oficial Flavia Valenzuela.
Tras la audiencia, Muller volvió a ser llevado a la celda donde continuará privado de su libertad mientras avance la instrucción del expediente dirigido por el juez Piriz, quien mientras aguarda el resultado de estudios científicos ordenó que el imputado sea sometido a una serie de pericias psiquiátricas.
Querellantes
Se prevé, además, que en las próximas horas la Justicia autorice la participación de la familia Sirino como querellantes particulares en la causa bajo la representación del letrado posadeño Federico Esquivel.
El pedido ya fue realizado y solo resta la providencia que permita el inicio de las actuaciones de la querella que, de esta forma, podrá participar del activamente del proceso, solicitando medidas y aportando pruebas.
“Es un caso que excede todo los límites. Es realmente atroz. Nosotros creemos que el crimen estuvo planificado. El detenido es una persona fría, que venía calculando todo y merodeando la escuela. La chiquita Fabiana llegó a reconocerlo, pero cuando seamos parte del expediente vamos a pedir varias medidas más para colaborar con la fiscalía en la investigación”, sostuvo Esquivel en diálogo con La Voz de Misiones.
El caso
Fabiana tenía 8 años y era hija de agricultores. El viernes pasado salió de la escuela y regresaba a su casa en el barrio Paraíso de 25 de Mayo cuando fue interceptada por el camino.
Su femicida la trasladó a un monte de la zona, donde la violó y le asestó treces puñaladas en diversas partes del cuerpo, aunque la niña no murió en el instante. Fabiana alcanzó a ser encontrada por su propia familia y mientras era llevada de urgencia al hospital reconoció a su agresor. “Fue Nanico, él me hizo esto”, fueron sus palabras. Más tarde murió de un shock hipovolémico ocasionado por las múltiples lesiones.
Gracias a ese aporte, dado con su último suspiro, la Policía activó un operativo para detener a Muller, quien ahora se enfrenta a una acusación que puede llevarlo a pasar el resto de su vida en la cárcel y ser recordado como el autor de uno de los crímenes más atroces de la historia reciente de Misiones.
Policiales
Adolescente brasileña murió en un choque frontal sobre la ruta 14 en Tobuna
Una adolescente de nacionalidad brasileña falleció en un accidente de tránsito registrado ayer a la tarde en la localidad de San Pedro, sobre la ruta nacional 14.
La víctima fatal fue identificada como Pamela Stefani De Oliveira Da Fonseca (17), oriunda de Dionisio Cerqueira, quien viajaba como acompañante en un automóvil Fiat Siena que era conducido por Gilberto D. C., también brasileño.
De acuerdo a lo consignado por fuentes policiales, los extranjeros circulaban en dirección hacia Bernardo de Irigoyen hasta que, en una curva pronunciada a la altura del paraje Tobuna, colisionaron contra una camioneta Toyota Hilux en la que viajaban dos personas domiciliadas en Cruce Caballero.
Las mismas fuentes describieron que el impacto fue tan violento que el motor del Fiat Siena se desprendió del vehículo y luego fue arrastrado varios metros por un camión Volvo que pasó por el escenario del siniestro.
Como consecuencia del accidente, la joven brasileña falleció en el acto, mientras que los demás involucrados fueron trasladados a un centro asistencial para recibir atención médica.
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