El periodista Enrique Ortiz, quien fue blanco de agresiones físicas y amenazas propiciadas por el abogado Gustavo Maldonado el miércoles pasado, frente a su domicilio en la ciudad de Leandro N. Alem, ofreció 1 millón de pesos para que la comunidad se movilice y puedan dar con su paradero.

El dato fue confirmado por el propio periodista al ser consultado por LVM: “Ayer le dije al jefe de la Policía, que si continúan sin tener novedades, yo iba a ofrecer un millón de pesos. Así que bueno, ahí está el ofrecimiento. Le daré el dinero a quien aporte datos certeros de donde está el chanta”.

Mientras tanto, la Policía de Misiones continúa realizando operativos de búsqueda, aunque sin pistas concretas que puedan conducirlos hacia el denunciado, quien permanece prófugo de la Justicia desde hace ya una semana. 

Por lo pronto, los efectivos lograron interceptar y detener el viernes pasado -en Posadas- a Gastón Machado, quien acompañó a Maldonado hasta el domicilio del periodista el pasado miércoles, cuando se desataron las agresiones, y habría estado portando un arma de fuego en ese momento, según consta la denuncia presentada en la comisaría de Alem. 

Por su parte, Maldonado filmó un video y lo viralizó desde la clandestinidad el pasado viernes. En ese material audiovisual, el abogado repudió el allanamiento que efectuó la Policía en su domicilio ese mismo día, por orden del juez Pedro Piris, actualmente como titular subrogando del Juzgado de Instrucción Cinco de Leandro N. Alem.

Simultáneamente, manifestó ser “objeto de una persecución política y judicial en la provincia de Misiones”, mientras continúa prófugo de la Justicia. 

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La Policía halló está mañana el Peugeot 208 que era propiedad de Amanda Muller (70) y que era buscado desde el fin de semana tras descubrirse el femicidio de la mujer en Santa Ana.

El rodado fue ubicado a partir de pistas claves aportadas por testigos del caso y encontrado hoy en una propiedad perteneciente a un miembro de la comunidad gitana. El inmueble está ubicado sobre la calle Facundo Quiroga, a pocos metros de la avenida Quaranta.

En el lugar trabaja el personal de la Dirección Homicidios y de Investigaciones Complejas, bajo la supervisión del magistrado Juan Manuel Monte, titular del Juzgado de Instrucción Dos de Posadas.

Por el femicidio de Müller está detenido e imputado el ex penitenciario Sebastián Isaías Keller (30), quien en el último tiempo se había convertido en un hombre de confianza para la víctima.

La hipótesis es que el implicado asesinó a martillazos y puñaladas a la mujer, para luego robarle el Peugeot 208 que había sido adquirido en noviembre del año pasado.

En contra del sospechoso hay una batería de pruebas en su contra, entre ellas, un testimonio que indica que el jueves pasado, después de almorzar con la víctima, fue visto completamente ensangrentado.

Se estima que tras robar el auto lo vendió, aunque ahora los investigadores deben determinar si efectivamente sucedió así.

El ex penitenciario Keller no declaró y fue imputado por el femicidio de Müller

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El periodista Mario Pernigotti (67), detenido ayer a la tarde a raíz de una denuncia radicada en su contra por agresiones y amenazas de muerte radicada por tres empleados municipales de Posadas, negó las acusaciones al momento de declarar ante las autoridades judiciales que dirigen la investigación del hecho.

El comunicador fue trasladado hoy hacia el Juzgado de Instrucción Dos de Posadas, para comparecer en audiencia de declaración indagatoria ante el magistrado Juan Manuel Monte. En esa instancia, Pernigotti tenía la posibilidad de abstenerse o bien brindar su versión de los hechos, opción que finalmente escogió.

Según pudo averiguar La Voz de Misiones, al hacer uso de la palabra, el periodista negó las acusaciones en su contra y alegó que bajó con el matafuego en manos porque así se lo habían solicitado para verificar su aptitud. Más allá de ello, no ahondó en mayores revelaciones ni tampoco hizo mención a las imágenes de seguridad que trascendieron y se viralizaron.

En la misma audiencia el periodista fue notificado de una imputación provisoria en su contra por el delito de “amenazas” y luego regresó a una celda policial, aunque podría recuperar la libertad en las próximos horas en virtud de un pedido de excarcelación y a raíz de otras aristas que podrían valer una morigeración de la medida en su contra como, por ejemplo, razones de salud (cuadro de hipertensión) y edad avanzada (67 años).

@lavozdemisiones

Denuncia y detención

Pernigotti fue detenido ayer, cuatro día después de ser denunciado por tres empleados municipales del Centro de Evaluación Vial de Posadas, dos de ellas mujeres, quienes acusaron al periodista por agresiones y amenazas de muerte. En el allanamiento de su casa y requisa de su vehículo no se hallaron armas de fuego, elemento que fue especialmente buscado después de una ampliación de denuncia por parte de las víctimas.

Según narraron los damnificados, el periodista fue el viernes a realizar el trámite de renovación del carnet de conducir, pero a pesar de tener la licencia vencida llegó al lugar al mando de una camioneta Nissan Frontier, ante lo cual estaba infringiendo una norma y en esas condiciones no iba a poder avanzar con el proceso.

Al ser notificado de ello, -denunciaron las víctimas- Pernigotti estalló en ira, empujando, arrinconando y amenazando con golpear a los empleados con el matafuego que tenía en sus manos. Toda la situación fue registrada por una cámara de seguridad y las imágenes no tardaron en trascender, dejando al descubierto el accionar del comunicador acusado.

“Sentí que no tenía escapatoria”

En una entrevista con este medio, las damnificadas Rocío Lemes y Vanesa Gómez, acompañadas por su abogada Juliana Queiróz, narraron el minuto a minuto del episodio padecido.

“Le dijimos que como tenía vencida la licencia no podía llegar manejando y nos empezó a decir como si a nosotros nunca se nos venció una boleta de luz”, contó Lemes, una de las más afectadas y shockeadas por la situación.

“Después en un momento agarró el matafuegos y sentí que no tenía escapatoria. Quise salir a pedir ayuda porque nosotros no estamos preparado con nada nuestra defensa”, agregó.

Y, entre lágrimas, sostuvo que “no quiero ir más a trabajar. Tengo mucho miedo de encontrarme contra persona así. Yo ese día pensé que no volvería a ver a mis compañeros. Tengo una hija también y no quiero que pierda a su mamá”.

Vanesa Gómez, la otra denunciante, añadió que “todo el tiempo se le habló bien, en ningún momento se le faltó el respeto”.

“A mí en un momento, se ve en las imágenes, me empujaba con la cabeza contra la pared. Ahí me decía que él después iba a volver y que yo me iba a quedar sin trabajo”, afirmó.

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