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Testigo clave del caso Evelyn: “Me contó que el muchacho la maltrataba”

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Tal como estaba programado, el debate oral y público para esclarecer el asesinato de Evelyn Rojas continuó esta mañana con la declaración de siete testigos, entre ellos el de María Ignacia Galeano, cuyo testimonio es considerado clave, en virtud de que la noche anterior al crimen vio a la víctima junto a Ramón “Junior” Da Silva, único imputado que tiene el expediente.

Galeano estaba citada para el día martes, pero su comparecencia ante el Tribunal Penal Uno se postergó un día. Hoy se presentó a la hora indicada y fue la tercera en pasar al recinto de debates para dar su valioso testimonio.

Ante las partes, la mujer contó lo que vio la noche previa al crimen y relató cómo fue el momento en el que descubrieron que Evelyn había sido asesinada dentro de la estación de servicios abandonada que se ubica en la intersección de las avenidas Uruguay y Bouchardo de Posadas.

“Esa noche -26 de octubre de 2016- yo la vi a ella. Estaba muy mal, muy tomada. Ella estaba en la esquina de Alemania (calle) y vino el muchacho (por Junior). Yo me quedé no más porque no me quería meter, pero vi que después el muchacho la siguió. Se sentaron en un murito y discutieron”, recordó Galeano.

Luego, agregó que “después él se fue a una despensa y volvió con una caja de vino. Ahí volvieron a discutir, forcejearon y al rato se fueron hacia el lado de la estación de servicio abandonada. Yo no vi si llegaron a entrar o no”.

Lo que se estima, en base a los demás elementos recolectados en la investigación, es que en la madrugada siguiente, es decir, del 27 de octubre, se concretó el crimen. Evelyn fue masacrada a golpes y luego descartada dentro de una fosa del predio abandonado, donde salía pasar las noches junto a Junior, que era su pareja y vivía en ese lugar.

El crimen fue descubierto la tarde siguiente, cerca de las 14 o las 15, cuando justamente Galeano fue hasta el lugar para llevarle una vianda de comida a la muchacha. Si bien eran amigas desde hace varios años, la testigo aseguró que era la primera vez que iba a asistir de manera a Evelyn y se terminó topando con lo peor.

Galeano reconstruyó que “yo fui a llevarle la vianda con mi pareja de ese momento. Llegué y grité por ella, pero no salió nadie, entonces mi pareja entró y allá adentro se agarró la cabeza. Ahí yo grité porque me asusté y vino un chico de un gimnasio cercano que también entró”.

En esa instancia, la testigo recordó una secuencia que puede graficar el desprecio de un sector social hacia la comunidad trans: “Ese chico entró y al salir me dijo ‘no te preocupes, no le pasó nada a tu amiga, es un travesti no más’. Yo le dije que sí, que ella era mi amiga y que me importaba”.

A partir de ahí, Galeano fue más para atrás en su relato y recordó las veces que vio a Evelyn golpeada y lo que alcanzó a notar de su relación con Junior. “Me contó que sufría violencia, que el muchacho la maltrataba. Yo le veía moretones feos, a mí me dolía eso y le decía que tenía que separarse, pero ella estaba muy enamorada de ese muchacho, no podía salir de ahí”, señaló.

La mujer contó que nunca presenció agresiones, pero sí admitió que cada vez que Evelyn venía golpeada ella le decía que era Junior quien le pegaba. “Cuando ella tenía golpes, se sabía que fue él”, dijo Galeano, con contundencia.

Fractura de cráneo

La audiencia se completó con el testimonio de otros seis testigos, entre policías, bioquímicos, peritos en criminalística y médicos forenses.

De allí, se destaca el aporte de Milton Acosta, uno de los profesionales que realizó el examen de autopsia al cuerpo de Evelyn.

El forense precisó que la causal de muerte fue “un traumatismo craneoencefálico gravísimo, con fractura de la base del cráneo por una contusión contra una base dura”.

En base a esto, Acosta explicó respecto a la mecánica de los golpes: “La cabeza fue hacia el objeto contuso y en reiteradas ocasiones. Todo el contenido cerebral estaba afectado”.

También indicó que la víctima presentaba signos de arrastre y lesiones defensivas mínimas en la mano izquierda.

El bioquímico Oscar González, en tanto, precisó que Evelyn registraba una intoxicación alcohólica de 4,4 gramos de alcohol por litro de sangre, lo que la ubicaba prácticamente en un “estado de coma”, circunstancia que pudo haberla dejado en completo estado de indefensión.

Más testigos

El debate oral continuará mañana con la declaración de otros siete testigos, entre los que hay familiares de la víctima, profesionales médicos y más policías.

Da Silva, más conocido por sus alias de “Junior”, “Ramoncito” o “Polaquito”, está imputado por el delito de “homicidio doblemente agravado por la relación de pareja preexistente y por femicidio”, figura ante la cual puede ser condenado a prisión perpetua.

El acusado estuvo presente en la primera audiencia y se abstuvo de declarar. Luego, a través de su defensa pidió no comparecer al resto de las jornadas y el tribunal aceptó la petición.

En el juicio interviene el fiscal Martín Alejandro Rau, la letrada querellante particular en representación de la familia de Evelyn, Florencia González, y el defensor oficial Mario Ramírez, que patrocina al acusado.

El tribunal encargado de llevar adelante el proceso está presidido por Viviana Cukla e integrado por sus pares Ángel Dejesús Cardozo y Marcela Leiva (subrogante).

El caso tiene la particularidad histórica, dado que es la primera vez que el asesinato de una mujer trans es juzgado como femicidio en Misiones.

La querella, en tanto, al igual que en la  etapa de instrucción, insistirá en calificar el hecho como un “crimen de odio” hacia la identidad de género de Evelyn y lograr una sentencia que declare el hecho como un travesticidio o transfemicidio.

 

La presidenta del Tribunal, Viviana Cukla, observando informes periciales.

 

La querella y la fiscalía, siguiendo el desarrollo del debate.

 

El acusado estuvo presente en la primera jornada, pero no volverá a comparecer al recinto hasta el momento de la sentencia.


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La denuncia de abuso contra Sebastián Kiczka, chats e informe psicológico

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Sebastián Kiczka

Entre todo el caudal probatorio revelado hoy durante la extensa lectura del requerimiento de elevación de juicio de la causa que se sigue contra Germán (44) y Sebastián Kiczka (47), se expusieron detalles hasta ahora desconocidos sobre la denuncia por abuso que también afronta el mayor de los hermanos. Además, se ventilaron chats comprometedores e informes psicológicos.

Sebastián llegó a juicio imputado por tenencia y distribución de archivos Masi, pero a diferencia de su hermano también acumula una acusación por “abuso sexual simple”, hecho denunciado una vez que se desató el escándalo que ubicó a Apóstoles bajo la lupa de todo el país.

Según se desprende de la resolución de la fiscal de instrucción Silvia Barronis reproducida esta mañana en la primera audiencia de debate oral, la denuncia por abuso fue radicada por una joven que al momento del hecho aseguró haber tenido entre 14 y 15 años.

En su exposición, la denunciante narró que conoce a Sebastián Kiczka desde los 13 años, cuando coincidieron en un gimnasio de Apóstoles y donde entablaron una cierta relación de amistad.

“Él primero me pasaba la rutina del gimnasio por Whatsapp pero después se empezó a sobrepasar. Él era raro y era frecuente que hable con menores. Cuando me ayudaba a hacer sentadillas me tocaba las piernas”, repasó la joven cuya identidad se preserva para proteger su integridad y evitar su revictimización.

En el avance de su testimonio, la denunciante llegó a narrar el día del abuso que hoy se le imputa al acusado: “Un día, yo tenía 15 por ahí, me empujó hacia la bacha del baño, me besó y me tocó el glúteo”.

La muchacha también indicó que mantenía conversaciones íntimas con el acusado, quien le pedía fotos con “contenido sexual” y afirmó que en al menos una oportunidad Sebastián le envío una imagen de sus genitales.

El fiscal Glinka -a la izquierda- pidió al tribunal que no se deje “engañar” por las defensas.

Fue en una de esas charlas que el hermano mayor del ex diputado provincial le mostró la foto de una niña. “Me mandó una foto de su vecinita y me dijo lo linda que era y que le iba a esperar cinco años más”, relató la denunciante según consta en el documento leído esta mañana. 

De esos chats surge otro mensaje que compromete a Sebastián Kiczka y que es utilizado por la fiscalía para sostener el acusado es imputable y que comprende la criminalidad de sus actos: “No sé como siempre zafo y mira que me cogí menores”.

“Sabe que son menores y sabe que es delito. Sabe que la Justicia lo reprime”, insistió el fiscal Vladimir Glinka en su alegato al pedir a los jueces del tribunal que no se dejen “engañar” por las defensas.

Es que, justamente, de esa misma conversación emerge otra expresión que, en contrapartida, es utilizada por la defensa para alegar una posible patología de salud mental que requiera de tratamiento. 

Ello se sostiene en un mensaje de texto donde Sebastián admite “hay Dios, me tengo que sacar esa adicción a las menores… pero es que me gustan”.

Trastornos y comprensión

En la lectura de hoy, también se repasaron las pericias psicológicas efectuadas sobre ambos imputados y el informe de Sebastián indica la presencia de “elementos compatibles con una personalidad neurótica, con rasgos depresivos, paranoides y esquizotípicos”.

Y ahonda: “El evaluado presenta indicadores compatibles con trastornos de la preferencia sexuales de tipo no exclusivos. Es decir, sus preferencias sexuales incluyen tanto niños, como adultos, que si bien explica su actuar como expresión de su placer sexual, es un sujeto con perfecta comprensión de su actuar ilícito, por lo que sus facultades de juicio y voluntad no están afectadas para el delito que se le imputa”.

En el mismo informe, los peritos que analizaron a Sebastián concluyeron además, que todo lo mencionado “genera un malestar significativo en la vida del sujeto y que para la recuperación de los patrones conductuales es necesario que reciba atención por parte de profesionales de la salud mental y que este sea de forma interdisciplinaria”.

Los hermanos Kiczka, atentos al desarrollo de la primera audiencia. FOTO: Marcos Otaño.

Sobre ese punto avanzará su defensa y así lo anticipó el abogado Eduardo Paredes en su alegato de apertura.

Lo de Sebastián no es un problema de prueba, es un problema de culpabilidad. Sería un error aplicar una pena y no una medida de seguridad”, expresó el letrado, considerando como alternativa la aplicación de una “internación obligatoria para tratamiento de salud mental con control del Estado”.

Y al terminar la audiencia lo reafirmó ante la prensa: “Él es autor de lo que se le imputa, el tema es si es imputable o no. Sebastián está confeso, escribió una carta, se hizo cargo, pero no lo hacen difusión. Sebastián bajaba material de internet, es eso. Es una tragedia que sean niños, no sabemos de dónde, ni de cuándo son los videos, están en internet”.


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Fiscales del caso Kiczka: “Demostraremos que hay una conducta criminal grave”

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“Vamos a demostrar que esto no es una causa política, sino que hay una conducta criminal grave”, aseveró el fiscal Martín Rau apenas empezó a desandar su alegato de apertura hoy, en la primera jornada del juicio oral en contra del ex diputado provincial Germán Kiczka (44) y su hermano Sebastián (47), imputados por delitos de tenencia y distribución de archivos con material de abuso sexual infantil (Masi).

Los hermanos ingresaron a la sala especialmente acondicionada para la ocasión en el SUM del Palacio de Justicia a las 8.35, apenas cinco minutos después del horario establecido para el inicio del proceso calificado como histórico al tratarse de la primera causa por archivos Masi que llega a instancia de juicio oral en la provincia.

Para ese entonces, el recinto ya estaba repleto, entre periodistas, fotógrafos, corresponsales de medios porteños, funcionarios judiciales, agentes policiales, estudiantes universitarios y público en general que ocuparon la totalidad de las sillas dispuestas en la sala. 

Una catarata de flashes se disparó contra los imputados, quienes no eran registrados públicamente desde aquel 1 de septiembre de 2024, cuando fueron filmados a las risas durante una visita familiar que recibieron en la comisaría Segunda de Apóstoles, lugar en el que permanecieron menos de 24 horas, ya después de ello fueron trasladados a la Unidad Penal VIII de Cerro Azul, donde ya acumularon más de 200 días detenidos. 

A las risas también se presentó hoy Germán en la sala. Escoltado por agentes del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) y esposado, pero su primera reacción fue sonreír ante las avalancha de cámaras. Distinto fue el semblante de Sebastián, que con mirada fija ocupó su lugar sin ninguna otra mueca y permaneció inmóvil durante un largo tiempo.

Con todas las partes presentes, el juez Gustavo Bernie, presidente del Tribunal Penal Uno de Posadas, dio pie a la lectura del requerimiento de elevación a juicio de la causa, cuyo proceso abarcó tres de las cinco horas que duró esta primera audiencia.

El documento revela la complejidad, magnitud y gravedad de lo investigado. De allí se desprende toda la acusación que recae sobre los hermanos Kiczka.

El ex diputado Germán Kiczka se mostró distendido en cada impasse de la audiencia.

“Son chicos muy chicos”

El requerimiento fue formulado por Silvia Barronis, titular de la Fiscalía de Instrucción Cuatro de Apóstoles, quien en base a todos los elementos de prueba recolectados durante la pesquisa consideró que el ex diputado provincial debe responder en juicio por la tenencia y distribución de un total de 913 archivos Masi encontrados en diversos dispositivos informáticos que eran de su propiedad.

En la resolución además se repasa la cronología completa de la investigación trazada entre febrero y diciembre del año pasado, como así también el “mapa” informático, con todas las aplicaciones, descargas, carpetas, subcarpetas, rutas y chats que se rastrearon en laboratorio digital para encontrar cada uno de los archivos que exhiben niños, niñas y adolescentes siendo víctimas de abuso.

“No es necesario hacer una escala de Tanner sobre los niños que se ven en los videos. Es fácil advertir la edad de esos niños y son claramente menores. Son muy, muy chicos, criaturas de cerca de dos años. Ustedes van a ver la prueba por sí mismos”, ahondó el fiscal Rau durante su alegato, anticipando el contenido que en el transcurso del proceso exhibirán ante el tribunal en audiencias que, a partir de ahora, se desarrollarán a puertas cerradas justamente por el tenor de las imágenes al que hacen referencia.

“Es un material que a mí en lo personal me dolió en el alma, es fuerte. Son menores, no hay una sobre actuación y no son solo videitos, acá hay niños vulnerados”, afirmó, a modo respuesta a las consideraciones efectuadas desde la defensa de los imputados en declaraciones previas al juicio que tiene previsto culminar el 16 de abril.

Los fiscales Glinka y Rau están encargados de la acusación.

Tanto Rau como el fiscal adjunto Vladimir Glinka prometieron, además, dejar en claro que el expediente no persigue ningún interés político. “Llegó el momento de la verdad, tenemos una gran cantidad de pruebas perfectamente auditables para que vean que fue un proceso transparente y cristalino”, aseguró Rau y sentenció: “Les vamos a demostrar que esto no es una causa política, sino que hay una conducta criminal grave”.

A su turno, Glinka se adelantó a la defensa, trazó tres posibles escenarios estratégicos que los abogados Eduardo Paredes (por Sebastián) y Gonzalo De Paula (por Germán) podrían desarrollar y los desacreditó uno por uno. 

Según el razonamiento del fiscal, las defensas podrían alegar sobre la carga mediática que tuvo la causa, como así también denunciar un posible perseguimiento político o, incluso, derivar toda la responsabilidad del caso a Sebastián, sobre quien arguyen una “desviación” que requiere tratamiento de salud mental.

“Debo darles estas advertencias porque ellos van a tratar de engañarlos. Ellos tratarán de confundirlos y cambiar víctimas por victimarios”, dirigió Glinka al tribunal al cerrar una exposición que duró pocos segundos menos de los 13 minutos cronometrados que prometió.

Defensas

La audiencia continuó el alegato de apertura de los abogados defensores. Eduardo Paredes, que representa a Sebastián Kiczka, a quien además se le acusa de un abuso sexual simple en perjuicio de una adolescente. 

Paredes adujo que los materiales encontrados en los aparatos de su defendido están probados e incluso el acusado lo admite, pero superpone una cuestión de salud mental: una “desviación”, una “parafilia”. El abuso prácticamente lo descarta. 

“Lo de Sebastián no es un problema de prueba, es un problema de culpabilidad. Sería un error aplicar una pena y no una medida de seguridad”, expresó, considerando como alternativa la aplicación de una “internación obligatoria para tratamiento de salud mental con control del Estado”.

Sebastián Kiczka, atento a la audiencia. En la otra punta, su hermano Germán.

Gonzalo De Paula, por su parte, en una breve exposición, afirmó que el caso de Germán se reduce a un consumo pornográfico, alegando que su defendido desconocía gran parte de los contenidos descargados. “Era una búsqueda a ciegas, como lo dijo en su indagatoria. Acá no hubo distribución, ni facilitación”, agregó.

El letrado también desligó a Germán Kiczka de la notebook Acer incautada en la casa de su padre, aparato donde se halló gran parte del material probatorio. “Desde 2019 que ya no residía en ese lugar”, argumentó. 

Pedro Puerta

Culminado los alegatos, entre las cuestiones preliminares a resolver antes de avanzar con el proceso la fiscalía insistió en la citación del diputado Pedro Puerta como testigo en la causa.

El legislador provincial aparece en el listado de 67 testigos admitidos por el tribunal, pero poco antes del inicio del juicio las defensas trabaron un recurso buscando frenar la convocatoria de Puerta al proceso, como así también de otras dos personas citadas para prestar declaración testimonial.

La controversia que se daba en los papeles se replicó hoy en la oralidad, ya que las partes no arribaron a un acuerdo y ahora se aguarda que el tribunal resuelva la cuestión.

“Tenemos alguna serie de mensajes intercambiados con algunos de los imputados y queremos que nos explique sobre eso. Él está como testigo”, explicó ante la prensa Rau una vez culminada la audiencia.

Juicio a los Kiczka: archivos Masi y el paradigma de la evidencia digital


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De la banca al banquillo: comenzó el juicio contra Germán Kiczka y su hermano

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Tal como estaba previsto, esta mañana inició el juicio oral contra el ex diputado provincial Germán Kiczka (44) y su hermano Sebastián (47), imputados por tenencia y distribución de material de abuso de sexual infantil (Masi).

Los acusados llegaron a la sala de debates armada en el SUM del Palacio de Justicia bajo una fuerte custodia del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), mientras que en las afueras la seguridad del recinto se vio reforzada por agentes de la Policía de Misiones.

El ingreso se dio a las 8.35. Germán Kiczka llegó sonriente, Sebastián, ahora calvo, entró sin emitir gestos.

El juicio estará a cargo del Tribunal Penal Uno de Posadas, integrado por los magistrados Gustavo Bernie, Viviana Cukla y Cesar Yaya (subrogante).

En la acusación estarán, por primera vez de manera conjunta dos fiscales de tribunales: Martín Rau y Vladimir Glinka como auxiliar.

Los imputados, en tanto, contarán con diferentes defensas. En representación de Germán Kiczka estará Gonzalo de Paula y por Sebastián actuará Eduardo Paredes.

La investigación en contra de los hermanos se activo gracias a un alerta proviniente de Estados Unidos, que se centralizó en la fiscalía especializado en ciberdelitos de Caba a cargo de Daniela Dupuy.

A partir de ahí comenzaron los procedimientos y allanamientos que derivaron en el expediente que hoy tiene a los hermanos imputados por la tenencia de unos 900 archivos Masi en total.

La causa fue instruida en Apóstoles, en el Juzgado de Instrucción Cuatro a caego del juez Miguel Ángel Faría.
Se preve que en la jornada de hoy se realice la lectura de elevación a juicio y se resuelvan las cuestiones preliminares que las partes puedan presentar.

El debate se extenderá durante once jornadas más, las cuales serán a puertas cerradas por tratarse de un delito contra la integridad sexual.

Los alegatos finales y el dictado de sentencia está fijado para el 16 de abril.

Juicio a los Kiczka: archivos Masi y el paradigma de la evidencia digital

 


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